Mensajepor EspejoCofrade » 03 Dic 2007, 11:29
Historia señores, lo del sábado fue historia.....
Se rindió el merecido homenaje a un gran músico, que tras décadas y décadas viviendo para y por la música, llega casi de casualidad, gracias al recordado Francisco Melguizo, al mundo de las cofradías y las marchas cofradieras y precisamente este mundo de las cofradías, el de su tierra natal, ha sido el que ayer le demostró su gratitud por toda la música cofrade y no cofrade que nos ha regalado, tanto interpretando y enseñando como componiendo.
Estamos acostumbrados a homenajes a cofrades, pero ayer se homenajeó a un buen hombre, a un buen músico, a un gran compositor, que de forma humilde y emotiva disfrutó con los suyos de todo el acto.
Y llegó el momento. Suena "Ángeles, Reina" (Música para un Ángel).
Esto no es una marcha señores, esto es mucho más. Esto es una historia, la historia de una cofradía que de forma valiente pone su exquisito ideal de preciosismo y completo detalle en las calles de nuestra Córdoba, la historia de la Madre desconsolada que va tras su Hijo ensangrentado al que presentan y desprecian, que rompe en llanto dulce y siempre delicado, pero que tiene el consuelo y abrazo de Juan, que en amoroso diálogo acompaña bajo armonizado palio, que anda como ningún otro. Qué le diría el apóstol? sin duda le recordaría las palabras el maestro cuando les anunció su resurrección.
Es impresionante como don José ha sabido mostrar con su música todos estos temas en un poema sinfónico sin igual en la música cofradiera, con una riqueza de formas, de matices, de cojunción perfecta entre tonos menores y mayores para según que tema musical, de solemnidad, de melancolía, de triunfo,.... que maravilla!!!
Destacaría sobre todos el patético tema del lamento, el llanto desatado de la Madre mostrado con largas notas ligadas y sueltas, como rajadas del pentagrama, son los desgarros del dolor supremo. Pero tras el llanto llega el consuelo y el diálogo en el que sorprende como don José ha captado perfectamente con música lo que es el movimiento de ese paso de palio: el andar cortito, frecuente, constante, delicado, serio y solemne con su característico movimiento, ahora contenido, de sus personales borlas. Impresionante como suena eso perfectamente en la marcha.
Pero hay un tema que sobresale de los demás, el que tiene que sobresalir de todos los temas, el que sobresale porque sin él hoy no estaríamos aquí: la resurrección. ¡Dios mío que final!. La apoteosis. El desate de la tensión, cuando ya todo estalla en triunfal sonoridad que, como las grandes sinfónicas, guardan toda la emoción, con una fuerza impresionante, para la conclusión.
Simple y llanamente: un poema sinfónico con música descriptiva, de la elegante, solemne y regia hermandad del Cister en la calle, destacando el palio y la Reina a la que cobija.
Y para colmo, la historia del otro ángel a la que también está dedicada.......
Qué marcha!, qué música!, qué historia!, qué.... qué maestro es don José de la Vega (a los grandes el "don" no se les puede quitar).
Y si a todo eso unimos, además del acto del homenaje, que es Tejera la que interpreta la marcha, que don José la dirige, que luego siguen las grandes y geniales marchas del maestro, destacando Valle de Sevilla, y sus dos sublimes pasodobles, sobretodo Fiesta Taurina, y que volvemos a disfrutar otra vez de la marcha recién estrenada.... puede ser mejor la noche???
Bueno, ver dirigir a Gutierrez Juan una marcha como Triana, tu Esperanza también es un gustazo. Huelga decir que hoy por hoy en bandas es el director que más transmite tanto al músico como al espectador. Ser dirigido por este profesional tiene que ser, sé que es, impresionante (os remito al tema sobre los directores en Reflexiones).
Tras el acto, en la copa posterior, pudimos felicitar personalmente a don José y departir en animadas tertulias, sobretodo con con los protagonistas de la noche. Fotos, recuerdos, risas, emoción,... y la gran satisfacción de los organizadores, compartida por todos, que queda cuando las cosas se hacen bien y salen aún mejor.
Pero el acto fue mucho más. Realmente creo que con este gran acto los cofrades cordobeses pudimos homenajear, a la vez que agradecer, a justamente los mismos que lo han organizado todo, la Asociación Cultural "Amigos de las Posadillas" (con su ángel de emblema), por todo lo que han pasado para darnos lo mejor de ellos, buscando siempre la perfección y el detalle, pasando penas y sufrimientos y siendo siempre incomprendidos, aunque admirados, hoy imitados y mañana recordados. Ellos también se merecían esto, sobretodo Alfonso Muñoz, el gran promotor de este acto y de la nueva marcha que engrosará el sensacional patrimonio musical del Cister, y el que más luchó y sufrió por lo que más quería, la grandeza de su hermandad.
Enhorabuena.
Saludos.