Artículo de Jose Manuel castroviejo , para la Web de la Hdad. al que le estamos profundamente agradecido.
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La Banda “Julián Cerdán” de Sanlúcar de Barrameda.
El mundo cofrade sevillano es muy conocido, admirado, e influyente en otras provincias y regiones de nuestra geografía, pero intrínsecamente es muy cerrado. Por ello los sevillanos somos reacios a la aportación foránea, al menos, aparentemente.
La Banda de música “Julián Cerdán” es de las poquísimas formaciones musicales no sevillanas que se han hecho un hueco en nuestra Semana Mayor, y, aunque no ha sido la primera, sí es la que más favor del público sevillano se ha granjeado.
Se trata de una de las bandas de música más antiguas de España, con más de 150 años a sus espaldas y un bagaje musical y cultural difícil de calcular.
Se fundó a mediados del S. XIX y su existencia ha estado salpicada de numerosísimos avatares que desestabilizaron su andadura, especialmente los referentes a sus relaciones con el Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda, tanto, que hace escasamente dos años sostuvo un tenso pulso con el consistorio que estuvo a punto de costarle su disolución.
Afortunadamente, sus músicos han logrado superar este y todos los baches anteriores, y por ello la banda se encuentra en un momento álgido.
A mediados de la década de los 70 del pasado siglo la banda desapareció como formación municipal, pero tras muy pocos años de total inactividad, en 1980 un grupo de antiguos componentes la refunda, ya como asociación filarmónica sin vinculación con el Ayuntamiento, con el nombre de “Julián Cerdán”, el director que allá por la década de 1920 hizo de la banda una muy prestigiosa agrupación. De hecho, el gran músico sevillano Joaquín Turina gustaba de escucharla durante sus estancias veraniegas en la ciudad sanluqueña.
Actualmente, y ya van 15 años, la dirige José Antonio López Camacho, músico sanluqueño vinculado desde su niñez a la banda.
Gracias a su intensa labor la banda ha ido recobrando poco a poco el esplendor que fue perdiendo con el paso de los años y la ha situado en un primerísimo lugar.
Aunque en torno a los años 40 ó 50 acompañó a una hermandad del Domingo de Ramos sevillano (los músicos más antiguos no recuerdan si fue a la Paz o a la Hiniesta), no fue hasta 1999 cuando empezó a acompañar regularmente a hermandades sevillanas, concretamente a la Virgen de Gracia y Amparo de los Javieres, a la que sigue acompañando en la actualidad.
Dos años más tarde fue contratada por la Hermandad del Cristo de Burgos para acompañar a Madre de Dios de la Palma, hasta el año 2003.
Y este mismo año ha sido contratada para que acompañe a María Santísima del Rosario (D. m) en su próxima salida procesional.
Cuenta con tres grabaciones discográficas en su haber. La primera, Elogio a la manzanilla consta de diversos pasodobles y temas varios dedicados a distintas marcas de manzanilla, toreros sanluqueños y temas locales.
Las dos restantes son de marchas procesionales: A orillas del cielo (éxito total de ventas en el año 2000) y 150 aniversario. Ambas grabaciones, de gran calidad, contienen varias recuperaciones de marchas antiguas, como Hiniesta de José Martínez Peralto o Madre de Dios de la Palma de Pedro Braña, marchas clásicas como Cristo de la Sangre de Cebrián o Esperanza Macarena de Pedro Morales y marchas de reciente creación tanto de la provincia de Cádiz como de Sevilla, por ejemplo Angustias de Sanlúcar de Salvador Daza, Cristo de las Almas de Ignacio Otero o varias de su propio director: Victoria de San Miguel, Amargura Nazarena…
La importancia que la banda ha dado a la recuperación de grandes marchas procesionales olvidadas le ha otorgado una gran consideración entre los melómanos cofrades sevillanos.
En la mente de todos está aquel memorable concierto que tuvo lugar en la Iglesia de San Pedro el 7 de Abril de 2003, en el que se reestrenaron las maravillosas marchas Nuestra Señora de la Palma de Manuel López Farfán (1927), Madre de Dios de José Martínez Peralto (1954) –ambas dedicadas a la Hermandad del Cristo de Burgos, revisadas e instrumentadas para la ocasión por José Antonio López Camacho- y A la memoria de mi padre de Manuel Font Fernández de la Herranz (1899).
Además, poco a poco van suprimiendo marchas de dudosa calidad que no hacen sino ennegrecer el enorme patrimonio que se supone que atesoran nuestras hermandades en materia musical. En su lugar incluyen magníficas composiciones que deberían de llevar todas las bandas y muy pocas llevan, como El Refugio de María de Farfán, Saeta cordobesa de Gámez Laserna, Nuestra Señora de Montserrat y Nuestra Señora de Guadalupe, de Pantión, Desamparo o Amargura del gran Germán Álvarez Beigbeder…
Sin embargo, la atención que prestan a las marchas procesionales, es minoritaria si la comparamos con la que prestan a otros géneros bandísticos, pues a lo largo de todo el año ensaya e interpreta obras para banda, ya sean pasodobles, bandas sonoras, zarzuelas, obras clásicas…
Así, ofrece actuaciones relacionadas con la vida cultural y costumbrista de Sanlúcar de Barrameda, como la Feria de la manzanilla, conciertos estivales en el paseo de La Calzada, corridas de toros, fiestas de exaltación al Guadalquivir, concierto en honor a Santa Cecilia… además de diversos certámenes como el Festival de música española de Cádiz. Y por supuesto, pregones y procesiones, tanto pasionales como de gloria y eucarísticos.
Por todo ellos, podemos sentirnos orgullosos de contar un día más en Sevilla con esta gran banda.
José Manuel Castroviejo López