Mensajepor Farfano » 28 Dic 2004, 22:52
Más que un disco, el regalo que nos ha hecho la Oliva es todo un acontecimiento.
-"La estrella sublime", de Farfán. La versión original, por fin. Inimitable e insuperable. Ahora que sabemos cómo es realmente, es todavía mejor.
-"Margot", de Turina. Me ha gustado mucho. Quiero escucharla en la calle para ver cómo queda.
-"La Sagrada Lanzada", de Font Fernández. De las mejores marchas que he conocido. El trío, pa llorar.
-"Saeta cordobesa", de Gámez Laserna. Cada vez más conocida -ya era hora-. Interpretación magnífica.
-"Expiración", de Font Fernández. Increíble lo de esta marcha. La he redescubierto gracias a esta grabación, pues la anterior -de Cruz Roja- no le hacía justicia. No me explico cómo no se toca el Lunes Santo.
-"Candelaria", de Jacinto Guerrero. Sencilla pero muy hermosa. Tampoco entiendo que no se toque.
-"Al Santísimo de la Exaltación" de Farfán. Solemnísima; breve pero muy poderosa, una joya desconocida. Desde que la conocí me cautivó, y ahora que la puedo escuchar bien grabada, me quito el sombrero. De vergüenza que no se toque el Jueves Santo.
-"Mektub" de San Miguel. Todo un clásico que está recuperando su justo lugar.
-"Santísimo Cristo de las Siete Palabras", de Pantión. Preciosa. Hasta este mismo Sábado Santo ha estado prácticamente olvidada. Por fin vuelve a la luz.
-"Nuestra Señora de Guadalupe", de Pantión. Una de las más conocidas e interpretadas de su autor. Muy hermosa.
-"El ocaso de los dioses", de Wagner. Sin duda, lo mejor del disco. I m p r e s i o n a n t e, es abrumadora. Aunque haya muchos que no se lo crean, esta marcha se interpretaba antiguamente detrás de nuestros pasos. Me gustaría escucharla, por ejemplo, en los Servitas o Cristo de Burgos, seguro que nos retrotraeríamos en el tiempo.
La calidad de sonido me parece buena, el repertorio sensacional y muy bien interpretado.
Por supuesto, mi más sincera enhorabuena al director de la banda, D. José Manuel Bernal Montero, por el alegato en pro de la buena música. Ya era hora de que alguien reflejara la penosa situación de la música cofrade actual. Dice verdades como puños, le duela a quien le duela.
Además, el análisis pormenorizado que hace de la destrucción que ha sufrido "La estrella sublime" a lo largo de los años es memorable. A más de uno se le debería caer la cara de vergüenza.
Un 10 para la Oliva.
Saludos.