Mensajepor celofan » 30 Nov 2008, 13:51
En mi opinión esta obra es exactamente lo que dice ser: Una Marcha Procesional, pero no una marcha procesional cualquiera, sino una Marcha Procesional de una altísima calidad.
El primer tema (tema A, justo tras la introducción) está en la mejor línea del gran Emilio Cebrián, solo que aquí Noguera lleva el concepto de la tonalidad hasta los límites posibles con una modulación preciosa y un desarrollo de gran ternura, escondiendo el tema entre unos arabescos de los clarinetes bordeando nuevamente la tonalidad: ¡maravilloso!, para volver de nuevo al tema A en una reexposición brillante con un contrapunto a cargo de los saxos que eleva la tragedia de la Cruz hasta casi la sublimación.
El forte de bajos construye un nuevo tema desarrollando el Himno de Cantabria de manera poderosa y contundente para, tras una interesante modulación, presentar un trío de gran modernidad, construyendo un clima sonoro con valentía, sin reparos en adentrarse en la contemporaneidad neotonalista y demostrando que es posible hacer musica avanzada sin necesidad de recurrir al catálogo de efectos. Finalmente, se deja extinguir la música con suavidad, casi como un suave aliento o un último suspiro.
¿Difícil para la mayoría de la gente?: también lo ha sido la música de Mahler, Brahms y Wagner durante mucho tiempo y no por eso ha dejado de ser maravillosa. Quién quiera disfrutar del arte tiene que esforzarse en mudarse al sitio donde el Arte mora, quedarse esperando en casa a que el Arte venga a convencerte no suele dar resultado.
“El primer requisito para un compositor es estar muerto.” (Arthur Honegger, “Je suis compositeur”, 1951)