La obra que nos ocupa es breve e intensa, sonora y rotunda. Conjuga a la perfección la advocación dolorosa con el hecho gozoso de una Coronación.
Transcribo sin más la descripción que el propio autor hace en el librito del CD:
Esta música que el compositor sevillano ofreció a Nuestra Señora de la Soledad Coronada de Coria del Río tiene mucho que ver con el recuerdo de una Madre y con el inextinguible sentimiento de soledad, de vacío del alma en que nos deja sumidos su pérdida. Sin embargo no es una música triste ni una marcha fúnebre. Aunque esta música no está exenta de carga dramática, se trata de una música poética de gran dulzura y de una intensa emotividad que incorpora en su inicio, en el expresivo tema central y en la coda final unos sonidos de campanas que bien pudieran servir como refuerzo de esos inolvidables momentos que a buen seguro permanecen indelebles en las retinas y en los corazones: el momento en que la Corona del Amor de sus hijos ciñó la frente de Nuestra Señora de la Soledad. Un sencillo detalle éste de las campanas para unir también la emoción del compositor a la de todos los cofrades de Coria del Río.
A mí me parece un marchón. Opinen.