Mensajepor Ingwe » 25 May 2011, 15:56
En esta marcha (que por cierto, cada vez me enamora más) se puede apreciar perfectamente (no soy ningún entendido ni tengo unos estudios lo suficientemente amplios) una evolución compositiva para mejor de este gran autor que es Manuel Marvizón.
Con ese carácter triunfalista que da a todas sus introducciones, ese sello inconfundible de Marvizón que es la "gracia" en las maderas, cómo a medida que se desarrolla la marcha va ganando un carácter un poco más serio, sin perder la elegancia y el estilo de sus marchas, para volver a acabar con la introducción de forma triunfal.
Y esto es, ni más ni menos, que la Hermandad de San Bernardo: la alegría de su barrio (tan propio y peculiar como ningún otro de Sevilla) en la salida, cómo mantiene el carácter alegre durante todo el recorrido, hasta que llega la vuelta por el barrio de Santa Cruz y se vuelve un poco más seria, más elegante... hasta que de nuevo en su barrio, se repite la alegría de ver a sus imágenes con su gente de toda la vida.
Quizás lo que haya escrito tenga más o menos sentido y esté mejor o peor explicado, pero para mí resulta de las marchas más evocadoras y más explícitas de estos años. Chapeau por D. Manuel Marvizón.
PD: ojalá suene mucho en las glorias, ya que les viene que ni pintado.