Mensajepor palio_ » 12 Oct 2004, 14:20
Inserto un artículo que he encontrado en una web cartagenera sobre José Torres Escribano:
JOSE TORRES ESCRIBANO. MUSICO.
José Torres Escribano nace en Murcia el 20 de abril de 1915 dentro de una familia dedica completamente a la música, pues su padre fue profesor de guitarra, su madre cantante y su tío trompetista y además encargado de la orquesta del murciano Teatro Romea. El pequeño José ingresa con 9 años como infantillo en el coro de la catedral de Murcia. El Maestro nunca olvidó esta circunstancia y recuerda siempre con cariño al que fue su primer maestro que no era otro que el canónigo de la Catedral D. Angel Llorca, organista y compositor.
A la edad de 17 años ingresa, en 1932, como educando en la banda de música de Infantería de Marina, de Cartagena, llegando a la categoría de Músico de tercera en mayo de 1936. Estuvo en comisión de servicio en varios buques de nuestra Armada. En 1944 con motivo de su ascenso a suboficial músico es destinado al Ejercito de Tierra al regimiento “Sevilla 40” y mas tarde al “España 18”. Cuando en 1963 el regimiento abandona Cartagena, pasa a ocupar destino en el regimiento de infantería “San Fernando” con guarnición en la vecina ciudad de Alicante. En 1976 y después de numerosos ascensos pasa a la situación de retiro regresando a nuestra ciudad donde tenía su hogar.
El maestro Torres no fue solo músico militar, su inquietud musical y compositora le llevaron en Alicante a ser director de bandas de música como: Educación y descanso, Los claveles, Los botones, Los Gavilanes, además de director de teatro y profesor de música en Salesianos.
En Cartagena también dejó huella de su actividad como: compañías de teatro infantil; fue miembro del orfeón de la Caridad. En 1943 participó en las actuaciones de la banda cómica “Los Cartago” y especialmente con su orquestina Torres-Acosta y en la que también intervenía su hijo José Antonio también músico.
Su faceta de compositor ha sido muy amplia: Hizo arreglos sinfónicos para bandas. Consiguió en 1964, en Cartagena, el primer premio de pasodobles con uno titulado “Taibilla”. Después compondría el himno del “Cartagena Efese”, dedicada al equipo de futbol de la ciudad.
En 1979 funda y dirige en Santomera (Murcia) la Banda “Los Parrandos” interviniendo en todos los actos festivos de la provincia y los de fuera de esta. A partir de 1981 cuando comienza a desfilar con la Agrupación de la Lanzada y se estrena la que es sin duda su mejor composición la marcha “La Lanzada”. Recibe la banda el título de Hermano de Honor de la Agrupación de La Lanzada en el año 1997. Recibe tambien el maestro Torres una “lanza especial” de la misma Agrupación en el año 1996.
En el año 2001 recibe la “Cuña Marraja” como homenaje a su ultima salida con la procesiones marrajas.
Fallece en Cartagena en los primeros meses del año 2004.
Si la vida musical del maestro Torres ha sido importante a todos los niveles, ha destacado sobre todo en la composición de marchas lentas para Semana Santa, batiendo una autentica marca de producción. Aquí están sus títulos:
“La Lanzada”, “El discípulo amado”, “Plegaria”, “El sepulcro vacio”, “Aparición a la Magdalena”, “Coronación de espinas”, “Flagelación”, “Motete”, “La sentencia”, “Las negaciones de San Pedro”, “Cristo de Medinaceli”, “Cristo de los mineros”, “Cánticos”, “Santas Mujeres”, “Verónica” y “La Vera Cruz”.
Corre el año 1986, y en la edición de ese año del libro “La Lanzada”, el maestro Torres escribió bajo el titulo “La Lanzada. Apuntes musicales de mi marcha” escribe:
“Recuerdo que una tarde de Viernes Santo, me encontraba visitando los tronos de la procesión marraja en Santa María de Gracia. Mi buen amigo, el periodista y locutor de radio, Manolo López, estaba arreglando el nuevo trono de La Lanzada. Hablamos y comentamos que, sin duda, sería una novedad en nuestras procesiones, y que incluso, sería discutido. Pero el trono causó impacto y a mi me impresionó y me gustó. Poco después fui contratado para actuar con mi banda de música: Los Parrandos, de Santomera, en el desfile de Viernes Santo. Tuve ocasión de contemplar detenidamente el trono y, francamente me emocionó.
Estando una tarde en el café Puerto Rico, mi estimado amigo Pepe Sanchez Macias (presidente del tercio de La Lanzada), me invitó a que compusiera una marcha para su tercio. Acepté la invitación; sin duda, Dios crucificado me inspiró, porque pedí una servilleta de papel y marqué, como es costumbre en mí, unas líneas divisorias y, con un bolígrafo, compuse unos compases de lo que sería la introducción. Una vez en casa, y ante una hermosa fotografía del crucificado, empecé a trabajar sobre el tema. El lápiz corría mas que nunca. Sinceramente diré que una de mis mejores obras la concebí allí. Yo tenía mucha fé en mi trabajo. La orquesté para l a plantilla de mi banda, y después de escucharla me gusto mucho. La noche del estreno ( Viernes Santo de 1981), había algo de expectación. Los comentarios fueron muy buenos y los críticos fueron dadivosos conmigo. La introducción de la marcha está inspirada como es natural en la tragedia de la calle de la Amargura; el primer tema nos recuerda los sollozos de las mujeres de Jerusalén en compañía de la Madre Amantísima. Se escuchan sones de trompetería, ya está cerca el Calvario. Llegamos al tema más emocionante que es la melodía de Jesús Crucificado. En ese momento trágico en que Longinos clavó su lanza en el costado de Jesús.
El presidente de La Lanzada, señor Sánchez Macías: me dio una gran sorpresa al invitarme, sin que yo lo esperase, a ir a Murcia, donde en la Iglesia de San Migue, el equipo de Radio Nacional de España y la banda de la Diputación (tristemente desaparecida) bajo la dirección del gran maestro don Francisco Cebrián (hermano de Emilio, autor de las mejores marchas que suenan en nuestra Semana Santa, por las calles de Cartagena), se hizo una grabación muy cuidada y que, por cierto, fue estrenada durante la Semana Santa y sirvió tanto en Murcia (RNE) y en Cartagena (Radiocadena), como fondo musical a los famosos pregones. La prensa comentó que era una joya musical –agradezco a todos los piropos y parabienes-. Esta es la historia, a grandes rasgos, de mi emotiva marcha de La Lanzada.
Aprovecho esta oportunidad para dar las gracias, tanto al presidente de la agrupación como a los componentes de ese gran tercio Marrajo por la atenciones que han tenido para mi modesta persona, así como el homenaje que, en su día, me tributaron en el Aula de Cultura de la Caja de Ahorros de Alicante y Murcia.
Mi admiración y afecto a todos. Gracias, amigos”
Angel L. Boscadas