Faltan dos días para que se grabe por primera vez, se edite, “Margot”. Aunque habrá que conformarse con un fragmento de esa comedia lírica de Joaquín Turina, concretamente una parte del segundo acto, la marcha “Noche del Jueves al Viernes Santo”. He aquí que estamos ante un hecho de importancia, puesto que aunque Margot se estrenó en su día y después poca gloria ha vuelto a tener, una banda, como la Oliva de Salteras, va a tener el excelente honor de grabar por primera vez, desde hace noventa años, un fragmento de “Margot”.
“Noche del Jueves al Viernes Santo” se incluye en “Margot”, compuesta en 1914 y estrenada ese mismo año el 10 de octubre en el Teatro de la Zarzuela de Madrid. La obra, a la luz de la documentación que existe en Internet (documentación que me la bajé hace tiempo y perdonad pero no me acuerdo ya del enlace ni he vuelto a dar con él) se compuso en el transcurso del verano de 1914 (junio-julio-agosto), durante la estancia de Turina en Sanlúcar de Barrameda. Pero todos estos datos técnicos de la obra podrán leerse con el libro que se adjunta en el CD que la Oliva lanza pasado mañana, día 24 de diciembre, y también, para los curiosos (como yo) en la página web de la banda, donde se insertan precisos datos de “Margot”, con detalles del libreto y la trama de la obra. Desde luego que han tenido la deferencia de colgar, antes de que salga el disco, buena parte del contenido de los textos, donde se explica muchas cosas del gran trabajo discográfico.
http://www.laolivadesalteras.org/
El encuadre de esta pieza es importantísimo, emana de esa efervescencia que surgía en la época, primer tercio del XX, con compositores muy volcados en cultivar el nacionalismo, corriente musical que persigue enaltecer los valores culturales, la música popular, los paisajes, a través de la música, convirtiéndola en fuente de culto. Música que respira cadencias andaluzas, música popular, descripciones de rincones, paisajes andaluces o españoles, música de proyección y difusión de los valores de la tierra. Joaquín Turina no era ajeno a esto, es más, estaba inmiscuido en el movimiento, empujado por aquella incitación que Albeniz le lanzó cuando Don Joaquín Turina empezaba a componer. Ya había dejado su huella nacionalista en “La procesión del Rocío” (1913, opus 9), y un año después lo volvía a refrendar con “Margot”. Por eso escuchar Margot es escuchar aquella época, escuchar “Noche del Jueves al Viernes Santo” es vivir la Semana Santa de Sevilla de 1914, una pieza breve e intensa, brillante, emocionante, que mantiene en tensión al oyente, una marcha de ensueño, embriagadora, con embruje y encanto. Una joya que la Oliva transcribe para banda y que esperemos no quede en la carpeta de reparto, sino que sus notas busquen la figura de un palio para deleite del pueblo sevillano.
No debemos menospreciar este baluarte del nacionalismo que, repito, tanto impregnó en la marcha procesional. Hasta ahora una interpretación de la Orquesta Joven de Andalucía en 1997 nos saciaba la curiosidad. Ahora podremos acudir a un documento editado en condiciones con interesantes comentarios de José Manuel Bernal. Pasado mañana saldremos de duda y podremos escuchar cómo se queda “Noche del Jueves al Viernes Santo” en banda de música, algún trozo se escapó en El Llamador de hace ya semanas, pero no se pudo percibir en conjunto. Ahora la cuenta atrás cesa y el día 24 está más que presente. Y llegado aquí me surge una apreciación curiosa: hace diecisiete años, cuando el calendario marcaba estas fechas, un genio de nuestra música procesional vivía sus últimos días; en su casa esperaba con esperanza la entrega de su alma a Dios, alguien se iba de este mundo. Ahora siento como si, prácticamente, ese mismo día una pieza musical de alta emoción vuelve a nacer a través de un CD, sí, diecisiete años después el mes de diciembre pasa de ser negro por el óbito de un genio a brillar por el alumbramiento de un gran trabajo.
A continuación inserto el contenido de la carta que Joaquín Turina envió el 9 de octubre, la víspera del estreno de “Margot”, a Víctor Espinós, a la sazón crítico musical. Creo que en ella podemos leer perfectamente la intención del Maestro al escribir esta obra, que contiene libreto de Gregorio y María Martínez Sierra y está catalogada como la número 11 de Joaquín Turina (opus 11):
Mis deseos y esperanzas al escribir Margot no son otros que ayudar al resurgimiento del drama lírico español, haciendo una partitura en la que la técnica, aunque sea compleja, no estorbe a la claridad; si el resurgimiento actual es un hecho, es precisa la colaboración del público, y a este señor no conviene darle el opio en música. He procedido como en casi todas mis obras, por eliminación, no empleando más materiales que los precisos. La trama de composición está bien clara y los temas son concretos. La armonía completamente moderna, evitando las cadencias vulgares y el contrapunto completamente eliminado, a excepción de un pequeño trozo fugado.
La historia de Margot empieza en marzo [1914] en el teatro Price, durante una representación de Las Golondrinas, aunque estaba decidida antes del estreno de Usandizaga. Procedimos por un viaje a Sevilla, y otro a París, estudiando la obra sobre el terreno. Después se ha ido fabricando la obra, a la par libro y música, escena por escena, y en perfecta comunión de ideas siempre. El libro se terminó a mediados de agosto; yo terminé la música a fin de agosto [desde el 18 de mayo] y la instrumentación el 27 de septiembre [desde el 1 de julio]. (...)
Andalucía es, sin duda, fuente de lirismo para compositores andaluces. Tan maltratada ha sido por los extranjeros y los forasteros, que me parece inútil insistir en ello. El fondo del sentimiento andaluz es triste, ¡y se empeñan en una continua pandereta!
Creo que la importancia de la partitura empieza en el 2º cuadro del acto 2º (... es imposible hacerlo antes), y he empleado la declamación cantada. Este número y el último, terrible mezcla de alegría desenfrenada y desesperación, son los más importantes de la obra. El público dirá... .»
El público dirá... eso me pregunto yo, ¿el público puede llegar a decir algo de esta obra? Porque apenas se conoce. Nótese que el mismo Joaquín Turina destaca el 2º cuadro del acto 2º, es decir, la parte de la obra donde se encuentra “Noche del Jueves al Viernes Santo”. Por algo será.
Dejemos aquí este mensaje para volcar en él nuestras emociones cuando el disco de la Oliva llegue a nuestras manos.