Mensajepor joaquincaballero » 19 Abr 2011, 17:49
Para empezar, quisiera presentarme. Soy Joaquín Caballero Payán, compositor novel de Marchas de Semana Santa, que cuento en mi haber con más de diez composiciones para los estilos de Banda de Música y Agrupación Musical.
El objeto de este escrito es el de dar a conocer las malas artes de Manuel Granados Rodríguez, director de la Banda de Música Nuestra Señora de las Nieves de Olivares. Pero les quiero contar toda la historia desde un principio.
En Noviembre de 2009 concluí una composición titulada “María Santísima del Rocío” dedicada a la dolorosa de mi queridísima Hermandad de la Redención. Como viene siendo habitual en mi, presenté la marcha ante algunos miembros de la Junta de Gobierno para que le dieran el visto bueno, produciéndose éste en ese mismo momento. Tras esta reunión informal yo mismo me encargué de llevar las partituras de la marcha a la sede de la Banda de las Nieves. El presidente de la Banda me recibió muy cordialmente puesto que había sido compañero mío de facultad. EL Presidente me invitó a que me acercara avanzada la cuaresma para poder escuchar la marcha. Y así lo hice. A tres semanas de la Semana Santa de 2010 me pasé nuevamente por el local de ensayo de la Banda para poder escuchar la marcha y, entre comillas, darle mi visto bueno. Desde un principio, al escuchar la marcha, noté que no la habían trabajado lo suficiente, hecho que fue corroborado por un componente de la banda que era conocido mío, y que me advirtió de que era la segunda vez que se tocaba en un ensayo. Al observarle al Director Manuel Granados Rodríguez los fallos que había detectado, me indicó que muy probablemente en la calle iban a sonar mal también, lo cual me pareció lamentable porque era poco menos que reconocer su incapacidad para corregir errores, y para que su banda sonara como Dios manda.
Unos días después, hablé con el Diputado Mayor de Gobierno de la Hermandad de la Redención para preguntarle si la marcha que había compuesto estaba puesta en el repertorio del Lunes Santo. En ese momento me comunicó que estaba puesta en dos ocasiones: en tercer lugar de la salida, después de las composiciones Rocío (Vidrie) y Rocío de Santiago; y a la entrada de los palcos de la Plaza de San Francisco, además de estar puesta como posible en la Alfalfa.
Durante la estación de Penitencia de 2010, Manuel Granados Rodríguez cambió en dos ocasiones mi marcha por otras sin dar conocimiento a la Hermandad, algo que pudo hacer, evidentemente, porque el fiscal de Palio no conocía mi marcha al no haber sido estrenada previamente. Estos hechos son perfectamente corroborables puesto que un familiar mío que conocía la marcha a la perfección estuvo detrás de la banda desde la Salida hasta la estatua de Santa Ángela y yo mismo estuve presente en los palcos pudiendo comprobar que la marcha no se interpretó en el lugar que pidió la Hermandad. Actuando de buena fe, dejé correr el tiempo y no se lo comuniqué a la Hermandad.
Ya en la Cuaresma de éste año, la Hermandad organizó un concierto en homenaje al cincuentenario de la primera salida bajo palio de la Virgen del Rocío. Un día que me pasé por la Iglesia de Santiago me encontré con el Diputado Mayor de Gobierno al que le pregunté si mi marcha estaba en el repertorio para el concierto antes mencionado, a lo cual me respondió efusivamente, que cómo no iba a estar incluida con lo que a él le había gustado la marcha cuando la escuchó en la presentación que le hice a la Junta de Gobierno. Él mismo medió para conseguirme unas invitaciones para mi y mi familia, para que pudiéramos asistir al concierto, aunque al final las entradas me las proporcionó amablemente el capataz del Señor de la Redención, Francisco Reguera Aguilar, a cuya cuadrilla pertenezco desde hace unos años.
En el concierto, celebrado en la céntrica Sal Joaquín Turina, mi marcha estaba puesta en tercer lugar como así lo indicaban los dípticos que repartió la Hermandad, y como lo comunicó el presentador del acto Esteban Romera ante la presencia de toda la banda y del propio director, puntualizando en cada marcha el título y el compositor de la misma. Pero nuevamente, Manuel Granados Rodríguez volvió a cambiar mi marcha por otra compuesta por el insigne compositor Don Juan Velázquez, incurriendo en un hecho denunciable por haber incumplido un contrato y por haber pasado por encima de la propiedad intelectual de una composición musical. Al presenciar tan lamentable hecho, me dirigí a uno de los miembros de la Junta de Gobierno para explicarle mi situación, y el mismo me invitó a hablarlo directamente con el director de la formación Manuel Granados Rodríguez. Tras esta conversación de dirigí a la salida trasera del teatro y cuando apareció Manuel Granados Rodríguez le cuestioné por el motivo de haber cambiado mi marcha. Entre balbuceos incomprensibles creí entender que era la Hermandad la que había pedido que se tocara la marcha de Juan Velázquez en lugar de la mia, pasando en aquel momento por allí el Diputado Mayor de Gobierno, que, al conocer la situación, no daba crédito a lo que había ocurrido. Después de una acalorada discusión en la que Manuel Granados Rodríguez y yo nos intercambiamos algunos descalificativos lamentables, arreglé el tema con algunos miembros de junta, que se pusieron, como no podía ser menos, de parte mía.
Tras unos días, cuando estaba sacando mi papeleta de sitio, fui invitado por el Diputado Mayor de Gobierno a una reunión informal para comunicarme que se había puesto en contacto con la banda para recriminarles su proceder y para advertirles que el Lunes Santo tenían que tocar la marcha. En esa misma reunión estuvo presente el Fiscal de Palio al que el Diputado Mayor de Gobierno, le comunicó que la marcha se tocaría en tercer o cuarto lugar. Muy amablemente me trasladaron una invitación para los miembros de mi familia que yo quisiera para presenciar la salida de la Hermandad y poder escuchar la marcha desde un lugar privilegiado. Además me indicaron que, si quería, me podía acercar al Palio en cualquier momento de la Estación de Penitencia para pedir que se tocara mi marcha.
Nuevamente, Manuel Granados Rodríguez, volvió a suprimir la marcha unilateralmente sin avisar a la Hermandad. En este nuevo agravio estuvo presente mi Padre, siendo testigo de una conversación entre uno de los Cornetas de la Banda y un encargado de la misma que iba vestido de traje con una acreditación delante de los Cornetas. En esta conversión el Corneta antes mencionado le preguntó al encargado el porqué de no haber tocado la marcha María Santísima del Rocío que aparecía en el repertorio proporcionado por la Hermandad y que, además, llevaba puesto el nombre del compositor, y el encargado respondió con estas palabras: “Esta marcha la ha quitado tu director desde que llegó”. Es decir, que Manuel Granados Rodríguez cuando llegó el Lunes Santo a la Iglesia suprimió mi marcha por unos motivos que aún desconozco pero que se me antojan muy negativos.
Cuando mi padre me comunicó el nuevo desagravio del que habíamos sido víctimas mi Hermandad y yo, me puse en contacto telefónico con el Presidente de la Banda para cuestionarle por la supresión de mi marcha. Sorprendentemente me dijo que Manuel Granados Rodríguez le había trasladado que la marcha se había quitado porque la Hermandad se lo ordenó para aligerar el paso de la Virgen por la Calle Santiago.
Tras salirme de mi último relevo en el Cristo me dirigí hacia el Paso de Palio para hablar con el Fiscal que, muy cordialmente me saludó y se interesó por la Marcha. Al comunicarle lo que había acaecido y la explicación que se me había trasladado desde la Presidencia de la Banda, me desmintió todo apoyado por una auxiliar de organización de la Hermandad que presenciaba nuestra conversación y que estaba perfectamente enterada del tema. En seguida me dirigí a la Banda para hablar en persona con el Presidente de la misma. Le comuniqué que, viendo la actuación reiterativamente displicente de su director musical Manuel Granados Rodríguez, iba a ponerme en contacto con los medios de comunicación para trasladarles su proceder. Más tarde me dirigí al encargado de la banda el cual me dio una versión de los hechos totalmente diferente de la conversación que había presenciado mi padre unas horas antes. Más tarde les comuniqué al Fiscal de Palio y al diputado Mayor de Gobierno lo mismo que al Presidente de la Banda, es decir, que me iba a poner en contacto con todos los medios de comunicación que pudiera.
Para sacar unas conclusiones, puntualizar y resumir comunico que:
- Ante todo, el trato de la Hermandad de la Redención, personalizado en su Diputado Mayor de Gobierno, Manolo del Cuvillo Palomino, ha sido no sólo excelente, sino sobredimensionado para lo que yo podía esperar, y desde aquí le traslado mi más sincero agradecimiento por todo lo que ha luchado por que mi marcha sonara tras la Virgen del Rocío.
- Reitero que exonero de culpa a cualquier miembro de la Hermandad de todos estos hechos, e incluso también a la presidencia de la Banda de las Nieves de Olivares.
- Le doy las gracias a todas las personas que se han solidarizado conmigo por los hechos de los que he sido víctima sin razón alguna.
- Advierto que todos los hechos narrados pueden ser corroborados por los miembros de la Junta de Gobierno que han formado parte de esta lamentable situación, y que hay material videográfico que atestigua, en parte, lo narrado.
- Y por último advierto a todas las Hermandades que cuentan con los servicios de la Banda de las Nieves de Olivares para que vigilen a Manuel Granados Rodríguez, por si en futuras ocasiones volviera a las andadas, teniendo en cuenta, que el daño que me ha provocado ya lo ha hecho en otras ocasiones, dándose el caso, de que también el damnificado era otro compositor novel.
Sin más me despido de ustedes y les ruego me disculpen por la extensión del comunicado, pero creo que los hechos execrables que acabo de narrarles merecían ser contados con todo lujo de detalles.
Joaquín Caballero Payán
En Sevilla, a 19 de Abril de 2011.