Mensajepor Ingwe » 12 May 2017, 15:34
"Tras el fallecimiento de estos insignes músicos [Eduardo Lucena y Cipriano Martínez Rucker], puede considerarse continuador de ellos mi padre, Francisco Mena del Rosal, que era un joven compositor e instrumentista, que en la Agrupación de Profesores de Orquesta desarrolló una labor entusiasta. Formó parte de la orquesta que actuaba en las temporadas de zarzuela como subdirector y director suplente. Su amistad con Julio Romero de Torres, iniciada en los años diez, duró hasta la muerte de Julio en 1930, compartiendo idéntico sentimiento de amor a la música y amor a Córdoba. Entre sus obras destacan Las pajarotas, suite para orquesta, sobre un tema popular de la comarca de Montoro; dos marchas fúnebres religiosas, Virgen de las Angustias y Virgen de los Dolores, y un pasacalle, Estudiantina cordobesa que alcanzó gran popularidad y que más tarde amplió como suite para orquesta.
Meses después de la muerte de Julio, mi padre fue destinado a la música de la Academia de Infantería de Toledo y posteriormente fue Director de la Banda de Música de la Región Aérea del Estrecho, en Sevilla.
Con estos tres músicos mantuvo Julio Romero de Torres una frecuente relación en distintas etapas de su vida, y aunque residiendo principalmente en Madrid, siguió siempre atento a las nuevas obras que componían y fue un ferviente devoto de la Pavana de Lucena, las Noches de Córdoba de Rucker y Estudiantina cordobesa de Mena, que hizo interpretar en la República Argentina en cuanto tuvo amistades en el ambiente bonaerense."
Del libro La España que se nos fue, de José María de Mena, hijo de Francisco Mena del Rosal.
Como curiosidad, un cuñado de Francisco, Alfonso del Rosal, fue el encargado de sacar en yeso la mascarilla del cadáver de Julio Romero de Torres, a cuya capilla ardiente asistió el compositor.