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EspejoCofrade escribió:Poquísimas y raras son las excepciones de directores titulados en dirección que están al frente de bandas de música.
Yo diría que más del 90% de los directores de nuestras bandas no han sido formados ni tienen el título de director como para llamarse "director", otra cosa es que de hecho dirija....
Y esto es un tema interesante, porque yo no estoy en ninguna banda, pero si en corales y a mi me han dirigido muchos directores y sé lo que es un director profesional y lo que no.
Hay músicos casi autodidactas que no poseen ningún título de conservatorio y con todo el tesón, gusto y pasión por la música consiguen sacar a la formación un buen nivel.
Hay músicos de conservatorio que han estudiado con los mejores profesores y multitud de instrumentos y quizás sean incluso compositores o instrumentistas geniales, pero no consiguen de la formación mucho más que los anteriores o incluso menos, por qué? porque son músicos, pero no han sido formados para dirigir una formación, que también tiene su técnica y didáctica propia, para ello no vale cualquiera, sea mejor o peor músico.
Y por fin, hay directores de carrera, que se han formado completa y explícitamente para dirigir formaciones vocales, camerísticas, bandísticas u orquestales. Y señores, se nota a la legua la diferencia, no os podeis hacer ni una idea de la diferencia que hay entre ser dirigido por un músico a ser dirigido por un DIRECTOR profesional, ni punto de comparación.
No sabría como explicarlo mejor, pero os expondré mi caso.
Mi coral durante casi una década fue dirigida por un buen músico que conseguía un buen nivel de una coral de más de 50 personas con una orquesta de plectro de 25 músicos. Hubo una crisis y dimitió.
Tras la crisis la coral se reunificó. Sólo éramos ya a penas 25 y sólo quedaban 3-4 músicos para la orquesta. Tuvimos que hacer una escuela de música donde se enseñó a unos 30 muchachos a tocar la bandurria, laud y guitarra para tener una orquesta.
Y contratamos (tenía un buen sueldo mensual, que nosotros desenvolsábamos con cuotas, las actuaciones no nos daban para nada) a un DIRECTOR de carrera, formado en los conservatorios de Córdoba, Sevilla, Madrid y finalmente en Viena. Con un curriculum impresionante dirigiendo grandes orquestas y solistas de fama internacional y que por azares de la vida se encontraba dirigiendo la banda y escuela de música de un pueblo cercano.
Sólo puedo decir que los 25 de la coral (tras recolocar voces en sus texituras correctas, clases de música, técnicas vocales y respiratorias, etc -porque el 99% de los componentes no sabían nada de música-) llegó a a un nivel totalmente profesional, sonando infinitamente más y MEJOR que los 50 anteriores, ganando multitud de concursos (uno nacional) y ofreciendo grandísimos conciertos o actuaciones tanto de música sacra como de clásica y lírica. Una de las actuaciones más destacadas fue el estreno de la "Missa Solemnis" de Fco Navarro-Lara en la Catedral de Córdoba.
Personalmente, cantaba mejor, más cómodo y sacaba muchísimo más partido a mi pobre voz, nada que ver con lo que anteriormente había hecho.
Pero donde se pudo apreciar más lo que era ser dirigido por un director profesional era en la orquesta de plectro, que dirigía normalmente el profesor de los niños, salvo cuando actuaban con la coral a la vez, que los dirigía el director.
La orquesta de niños venía ya preparada por el profesor con las obras montadas. Las sabían tocar, sólo eso, no más, pero cuando el director en 3-4 repasos los dirigía antes de sumarlos a la coral sencillamente parecía que era otra orquesta: timbre, dinámica, aire, matices, fraseo, modulaciones, sentimiento,... era impresionante lo que podían cambiar en tan sólo 10 minutos. Los mismos niños, al acabar de tocar una obra, alucinaban en colorines de comprobar como habían tocado la obra antes y después. Pero ese milagro sólo lo conseguía él.
También tenía mucha mano izquierda y sabía imponer disciplina, y eso ayuda mucho.
Y no sólo quedó en ese año el recuerdo del buen hacer profesional del director. Años después, tras nueva disolución de la coral, volvió el primer director, con el que se sigue consiguiendo un buen nivel (pero nada que ver). Se montan cosas nuevas y cuesta un trabajo enorme, cosa que antes en un par de ensayos se conseguía montar grandes obras. No hay técnica y pericia para sacar todo el partido de la formación que se podría sacar, pero ocurre una cosa curiosísima: las cosas que se montaron con el anterior director apenas si hace falta ensayarlas para que salgan perfectas aún cuando ya hace casi 10 años que se montaron con él y siguen saliendo a la perfección, con todos los matices al detalle aún cuando el actual director no haga los gestos que pidan esos matices. Parece mentira pero son fácilmente reconocibles las obras montadas por el profesional y las que no lo son, no hay que ser ningún entendido para percatarse. Y el director actual lo sabe.....
Por poner otro ejemplo externo a mi, una magnífica banda de música como la BM de la Expiración de Málaga, que siempre suena a la perfección la coge, tras algunos ensayos, Gutierrez Juan para el concierto de Grandes Maestros y.... suena otra banda, matizada, sonido controlado, ... y lo que es más importante, con los músicos disfrutando de lo que están haciendo, no tocando mecánicamente. Hablando luego con algunos de los músicos decían que era alucinante ser dirigido por un profesional así. Y los creo, porque sé lo que es eso y porque se notó en el concierto.
En resumen, hay gente que con el paso del tiempo ha aprendido a dirigir, hay gente que tiene un don especial, hay gente que vale, hay gente que sabe y simplemente, hay gente formada para hacerlo y se nota, dirigir una formación no sólo es mover la batuta y el brazo, es mucho más.
Señores, hay profesionales de dirección a patadas, sólo hay que buscarlos y son los únicos que están preparados al 100% en todos los sentidos para sacar el máximo partido de una formación. Todas las bandas que no son dirigidas por un director profesional de carrera sin duda están muy por debajo del nivel que podrían llegar conseguir, que es el nivel que les pertenece, sólo falta el profesional que sea capaz de sacarlo fuera.
Saludos.
EspejoCofrade escribió:Poquísimas y raras son las excepciones de directores titulados en dirección que están al frente de bandas de música.
Yo diría que más del 90% de los directores de nuestras bandas no han sido formados ni tienen el título de director como para llamarse "director", otra cosa es que de hecho dirija....
Y esto es un tema interesante, porque yo no estoy en ninguna banda, pero si en corales y a mi me han dirigido muchos directores y sé lo que es un director profesional y lo que no.
Hay músicos casi autodidactas que no poseen ningún título de conservatorio y con todo el tesón, gusto y pasión por la música consiguen sacar a la formación un buen nivel.
Hay músicos de conservatorio que han estudiado con los mejores profesores y multitud de instrumentos y quizás sean incluso compositores o instrumentistas geniales, pero no consiguen de la formación mucho más que los anteriores o incluso menos, por qué? porque son músicos, pero no han sido formados para dirigir una formación, que también tiene su técnica y didáctica propia, para ello no vale cualquiera, sea mejor o peor músico.
Y por fin, hay directores de carrera, que se han formado completa y explícitamente para dirigir formaciones vocales, camerísticas, bandísticas u orquestales. Y señores, se nota a la legua la diferencia, no os podeis hacer ni una idea de la diferencia que hay entre ser dirigido por un músico a ser dirigido por un DIRECTOR profesional, ni punto de comparación.
No sabría como explicarlo mejor, pero os expondré mi caso.
Mi coral durante casi una década fue dirigida por un buen músico que conseguía un buen nivel de una coral de más de 50 personas con una orquesta de plectro de 25 músicos. Hubo una crisis y dimitió.
Tras la crisis la coral se reunificó. Sólo éramos ya a penas 25 y sólo quedaban 3-4 músicos para la orquesta. Tuvimos que hacer una escuela de música donde se enseñó a unos 30 muchachos a tocar la bandurria, laud y guitarra para tener una orquesta.
Y contratamos (tenía un buen sueldo mensual, que nosotros desenvolsábamos con cuotas, las actuaciones no nos daban para nada) a un DIRECTOR de carrera, formado en los conservatorios de Córdoba, Sevilla, Madrid y finalmente en Viena. Con un curriculum impresionante dirigiendo grandes orquestas y solistas de fama internacional y que por azares de la vida se encontraba dirigiendo la banda y escuela de música de un pueblo cercano.
Sólo puedo decir que los 25 de la coral (tras recolocar voces en sus texituras correctas, clases de música, técnicas vocales y respiratorias, etc -porque el 99% de los componentes no sabían nada de música-) llegó a a un nivel totalmente profesional, sonando infinitamente más y MEJOR que los 50 anteriores, ganando multitud de concursos (uno nacional) y ofreciendo grandísimos conciertos o actuaciones tanto de música sacra como de clásica y lírica. Una de las actuaciones más destacadas fue el estreno de la "Missa Solemnis" de Fco Navarro-Lara en la Catedral de Córdoba.
Personalmente, cantaba mejor, más cómodo y sacaba muchísimo más partido a mi pobre voz, nada que ver con lo que anteriormente había hecho.
Pero donde se pudo apreciar más lo que era ser dirigido por un director profesional era en la orquesta de plectro, que dirigía normalmente el profesor de los niños, salvo cuando actuaban con la coral a la vez, que los dirigía el director.
La orquesta de niños venía ya preparada por el profesor con las obras montadas. Las sabían tocar, sólo eso, no más, pero cuando el director en 3-4 repasos los dirigía antes de sumarlos a la coral sencillamente parecía que era otra orquesta: timbre, dinámica, aire, matices, fraseo, modulaciones, sentimiento,... era impresionante lo que podían cambiar en tan sólo 10 minutos. Los mismos niños, al acabar de tocar una obra, alucinaban en colorines de comprobar como habían tocado la obra antes y después. Pero ese milagro sólo lo conseguía él.
También tenía mucha mano izquierda y sabía imponer disciplina, y eso ayuda mucho.
Y no sólo quedó en ese año el recuerdo del buen hacer profesional del director. Años después, tras nueva disolución de la coral, volvió el primer director, con el que se sigue consiguiendo un buen nivel (pero nada que ver). Se montan cosas nuevas y cuesta un trabajo enorme, cosa que antes en un par de ensayos se conseguía montar grandes obras. No hay técnica y pericia para sacar todo el partido de la formación que se podría sacar, pero ocurre una cosa curiosísima: las cosas que se montaron con el anterior director apenas si hace falta ensayarlas para que salgan perfectas aún cuando ya hace casi 10 años que se montaron con él y siguen saliendo a la perfección, con todos los matices al detalle aún cuando el actual director no haga los gestos que pidan esos matices. Parece mentira pero son fácilmente reconocibles las obras montadas por el profesional y las que no lo son, no hay que ser ningún entendido para percatarse. Y el director actual lo sabe.....
Por poner otro ejemplo externo a mi, una magnífica banda de música como la BM de la Expiración de Málaga, que siempre suena a la perfección la coge, tras algunos ensayos, Gutierrez Juan para el concierto de Grandes Maestros y.... suena otra banda, matizada, sonido controlado, ... y lo que es más importante, con los músicos disfrutando de lo que están haciendo, no tocando mecánicamente. Hablando luego con algunos de los músicos decían que era alucinante ser dirigido por un profesional así. Y los creo, porque sé lo que es eso y porque se notó en el concierto.
En resumen, hay gente que con el paso del tiempo ha aprendido a dirigir, hay gente que tiene un don especial, hay gente que vale, hay gente que sabe y simplemente, hay gente formada para hacerlo y se nota, dirigir una formación no sólo es mover la batuta y el brazo, es mucho más.
Señores, hay profesionales de dirección a patadas, sólo hay que buscarlos y son los únicos que están preparados al 100% en todos los sentidos para sacar el máximo partido de una formación. Todas las bandas que no son dirigidas por un director profesional de carrera sin duda están muy por debajo del nivel que podrían llegar conseguir, que es el nivel que les pertenece, sólo falta el profesional que sea capaz de sacarlo fuera.
Saludos.
ertiocaniyitas escribió:Para mí está claro, el tiempo dependerá del ritmo al que se desfile, que normalmente ronda las 50 blancas por minuto. En el caso de un concierto, lo razonable sería aproximarse a este ritmo, más que nada por no perder ese concepto de "marcha". De todas formas quien decide el ritmo es el autor poniendo su marca de tiempo el comienzo de la partitura, aunque normalmente no se hace, y yo pienso que es, no por dejar libertad al director sino porque ese ritmo de marcha está más o menos estandarizado.
Saludos.
exjudas escribió:ertiocaniyitas escribió:Para mí está claro, el tiempo dependerá del ritmo al que se desfile, que normalmente ronda las 50 blancas por minuto. En el caso de un concierto, lo razonable sería aproximarse a este ritmo, más que nada por no perder ese concepto de "marcha". De todas formas quien decide el ritmo es el autor poniendo su marca de tiempo el comienzo de la partitura, aunque normalmente no se hace, y yo pienso que es, no por dejar libertad al director sino porque ese ritmo de marcha está más o menos estandarizado.
Saludos.
No estoy muy puesto en este tema pero me sorprende cómo de un tiempo a esta parte he visto en programas de televisión y oído en radio argumentos e incluso grabaciones que hablan de diferencias enormes de tiempo entre directores como Braña y Albero con respecto a Gámez Laserna o Morales, o por ejemplo he comparado tiempos de bandas como la Cruz Roja, El Carmen, la Municipal, la Oliva o Tejera y las diferencias de duración son muy grandes en las mismas marchas... Quizás este tema de para mucho...
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