Mensajepor Turiferario » 21 Ago 2008, 22:26
Desde la fe:
Mektub (“estaba escrito”), de Mariano San Miguel Urcelay
Desde la esperanza:
Virgen de las Aguas, de Santiago Ramos Castro
Desde la caridad:
Cordero de Dios, de Ricardo Dorado Janeiro
Desde el corazón:
Virgen del Valle, de Vicente Gómez-Zarzuela Pérez
Para la desesperación:
Dona nobis pacem, de Ricardo Dorado Janeiro
Para una madre:
Amarguras, de Font de Anta
Para un hijo:
Pobre Carmen, de Eduardo López Juarranz
Para un abuelo:
Getsemaní, de Ricardo Dorado Janeiro
Para todos los que sufren:
Grave, de Soler
Para los que buscan consuelo:
Oremos, de Ricardo Dorado Janeiro
Para los que no lo encuentran:
Salve Regina Martyrum, de Pedro Gámez Lerna
Para imaginar la Gloria:
Ángeles de Císter, de Pedro Gámez Laserna
Hay tantas y tantas marchas maravillosas… ¡Y todas relacionadas con el dolor! Por eso se me ha ocurrido esta dedicatoria que seguro alguno, con más conocimientos, mejore notablemente.
Descansen en paz todos los fallecidos en el trágico accidente de ayer y encuentren también paz y el consuelo sus familias y seres queridos. ¡Que Dios acoja en su seno a unos y dé la fuerza necesaria para seguir su camino en esta vida a otros!