Quiero plantear un supuesto y lo que el foro piensa de él:
Imaginemos por un momento que "Amarguras" y "Soleá dame la mano" son marchas completamente desconocidas en el mundo cofrade.
De repente, aparecen en uno de esos baúles que hay en ciertas casas de Andalucía.
Un músico emocionado ante tal maravilla decide entregarlas a las bandas, a las hermandades a las que están dedicadas... Son marchas superlativas... Sobrepasan el concepto de marcha y llegan al de Obra de Arte.
Mi pregunta es ésta: ¿Creéis que sin la tradición que tienen estas marchas su interpretación se limitaría a un concierto de compromiso, para pasar después al cajón del olvido o serían interpretadas y grabadas como lo son actualmente y como lo han sido en décadas anteriores?
¿Los costaleros de hoy en día admitirían estas marchas de tan larga duración y tan poco “marchosas”?
Mi opinión es que las marchas se interpretarían una vez, que los costaleros, capataces y diputados de música "pasarían" de ellas por difíciles y largas, que las hermandades “serias” (Penas, Valle, etc.) no las incluirían en el repertorio por falta de tradición y que el Patrimonio Musical Cofrade quedaría mermado...
¿CUANTA MÚSICA BUENA NOS ESTAMOS PERDIENDO POR EL HECHO DE QUE EL REPERTORIO MUSICAL ESTÉ EN MANOS DE CAPATACES, COSTALEROS, ETC.?