El deber frente al querer: 'Carmen de Santa Catalina'

[tambucho]

A veces pienso que no hemos perdido los papeles. Pero eso es lo peor de todo: que sólo lo pienso a veces.

Viene siendo habitual que el mundo cofrade se vaya desmembrando: existen los foros de música, de encajitos, de costaleros, y muy pocos en donde se pueda hablar de un todo, que con la ausencia de los distintos aspectos, quedaría coja. O bien, con la excesiva atención a alguno de ellos, perdería su esencia radicalmente.

Ayer asistí en Sevilla a la procesión de regreso de la Virgen del Carmen de Santa Catalina, Virgen que presidía el pregón de las Glorias pronunciado por Maruja Vilches en la Metropolitana Catedral hispalense.

El sábado, en la víspera, la imagen fue trasladada desde San Román hasta la Catedral, acompañada de la banda de música de las Cigarreras, al igual que a la vuelta. Previo al pregón, se celebró un concierto por parte de la banda municipal de Sevilla.

Y hete aquí que tiene lugar un extraño caso. En el concierto estaba previsto interpretar la marcha dedicada a la Virgen que presidía el pregón: ‘Carmen de Santa Catalina’, del malagueño Santiago Otero, hermano de la corporación letífica. Dicha marcha, además de la evidente y necesaria cortesía a la imagen que presidía el acto, era también para con la pregonera, ya que Maruja Vilches había solicitado precisamente esta composición para el concierto.
La marcha no fue interpretada. Los motivos son desconocidos –aunque tengo referencias que he decidido ponerlas en cuarentena-, si bien ya hay uno descartable. Fuentes de la hermandad del Carmen de Santa Catalina aseguran haber dado las partituras de la marcha de procesión en la Cuaresma pasada. Por tanto, no fue por falta tiempo. Quedan menos hipótesis: incapacidad profesional de la banda, quizá no agradó, la procedencia del compositor, y podríamos no acabar... por ejemplo, pudo haber entrado un halcón en las dependencias de la banda y llevarse las partituras, y para colmo no había forma de localizar a nadie de la hermandad –o de la banda municipal de Coria- para obtenerlas de nuevo. Como se imaginan, posibilidades hay millones y yo no apuesto por ninguna. En su lugar se tocó ‘Coronación de la Macarena’, de Pedro Braña, a mi juicio totalmente improcedente para un pregón de las Glorias.
Lo que sí es objetivo, es que es un rotundo fracaso que una banda municipal, compuesta por funcionarios del ayuntamiento y que viven para esto, no hayan podido cumplir un programa de concierto de dos marchas y dos himnos.

Pero llega el momento de la procesión y, si bien a la ida, la marcha fue interpretada en dos ocasiones (Salida de San Román y calle Hernando Colón), a la vuelta no se tocó en ningún momento de la procesión. Desconozco si pudo tener lugar el acontecimiento del halcón antes mencionado en la mismísima puerta de los Palos, pero me da que no. La marcha procesional no fue interpretada por motivos que también ignoro pero que –y vuelvo a utilizar la misma expresión- tengo referencias y he decidido ponerlas en cuarentena.

Cuando uno da los primeros pasos cofrades, sabe que cuando una Virgen sale por las calles, es normal que se le toquen sus marchas. Si no se tocan con ella, con cuál se tocarán. En el Carmen de Santa Catalina, en su procesión de regreso, no fue así. La norma se saltó, creo –y digo, creo- que por excesiva autoridad de quien no debe tenerla y por falta de autoridad de quien debe hacer uso. La banda de música, como las flores, es un servicio, y la que paga –el Consejo de Cofradías, como subvención y ayuda a la Hermandad-, decide qué se toca y cuándo. No creo en ningún momento que la ausencia de esta marcha en el repertorio sea responsabilidad exclusiva de la banda, sino de la hermandad que como buena Corporación de Gloria de Sevilla, ha asumido su papel de Cenicienta en el mundo cofrade sevillano. Hermandades de Gloria marginadas, ninguneadas e intrascendentes, como siempre ocurre en esta ciudad que presumo conocer más que muchos nativos.

La ausencia de esta marcha y la poca o nula interpretación de la Salve Marinera, hacen del repertorio oído ayer, una oferta estándar e impersonal, en definitiva, un ‘repertorio horchata’, ausente de referencias específicas a quien está presidiendo la procesión, para cuya imagen la banda marcha detrás.

La última coletilla de este post sería lo último en importancia. La ‘calidad’ entre comillas. Esa calidad que ahora se ha inventado para hacer la división entre ‘intrascendentes’ y ‘muy intrascendentes’, para lo que supone la música de Semana Santa en el panorama musical nacional o mundial. La marcha de procesión, lo dice el nombre, es para desfilar y la calidad altísima de cualquier pieza es sin duda un punto a su favor, que no obliga a las demás a poseerlo. Su valor es absolutamente –y entiéndaseme- teatral. Pretende crear un momento de emoción, y ¡ojo!, no entre los que nos da igual la imagen que esté pasando, sino entre los devotos y hermanos de la cofradía, que tienen su sagrada imagen en la calle y quieren oír, por ejemplo, ‘la marcha de la Virgen’.

No se trata pues, de contentar a eruditos y entendidos, porque estaríamos perdidos: podríamos empezar a eliminar ‘maniquíes de vestir’ que son focos devocionales de miles de personas, amparándonos en su nula aportación a la estatuaria y el arte en general: una mascarilla y dos manos. Podrían los trabajadores de joyería proponer la quema y desaparición de la orfebrería cofrade, tan mediocre y pobre al lado de aquélla práctica. No se hizo ninguno de los elementos para destacar por sí mismo, sino para hacer un todo que conmueva al espectador. Todo se creó a partir de un convencimiento de crear un espectáculo de belleza en torno a la figura de Dios y su Madre. Y en el creado ayer para la Virgen del Carmen, faltaba la marcha ‘Carmen de Santa Catalina’. Por tanto, la música procesional en Sevilla volvió a hacer aguas, esta vez, por excesivo purismo, quizá. Sólo quizá.

[jersax]

Eso que cuentas es un aberrante acto más del no saber proceder de las hermandades. Sea cual sea la causa es una marcha compuesta por un hermano de la hermandad, un regalo que le hace un devoto a su imagen, ¿qué puede haber de malo?

¿Idoneidad, calidad, falta de preparación musical (ensayos, por ejemplo), desidia de la hermandad...? Causas muchas...Pues no, se deja de lado. Creo que la hermandad debe poner los medios para que se toque en alguna ocasión, y no sólo poner los medios, sino insistir en que ese regalo tenga su justa recompensa que es que la música suene para quien tiene que sonar. Que guste, que sea más o menos adecuada o lo que sea, pero tiene que sonar esa composición.


Yo conozco esa situación porque la viví en carne propia, así que desde aquí, si me lee, darle mi apoyo a mi amigo Santiago, el autor de esta marcha.

Saludos

[chupitira]

muy buenas tardes antetodo manifestar mi pena pena por quien tomo esa desicion, pena ya que si siempre se ha dicho que la musica es universal, que se lleve a tal fin la endogamia por la cual solo se conseguira que se pierda calidad y demas en la banda sevillana por muchisima calidad y empaque que tenga.

por cierto por esa misma regla de tres no deberia haber arraigado en esta ciudad las bandas de cornetas y tambores ya que son genuinamente malagueñas y como eso muchas mas.

en fin solo espero que esto haya sido un borron y una mala anecdota en una salida procesional