Mensajepor jersax » 18 Jun 2005, 17:48
Me ha dado por escribir sobre este tema a raíz del tema del cambio de tonalidad en algunas marchas como "Ione" o "El REfugio de María".
Y es que algunos compositorcillos y arreglistas dan poca o ninguna importancia a la tonalidad de sus obras creyendo que ésta tiene que venir dada por la facilidad de lectura para los músicos, para que ciertos instrumentos lleguen a ciertos agudos etc... sin pensar que verdaderamente la tonalidad en la que está escrita una composición influye muy notablemente en el color tímbrico, y por tanto, en el clíma, atmósfera o sensación que se quiera causar.
Otros creen que por ejemplo, marchas como "Amargura" de Beigbeder o alguna otra que esté escrita en una tonalidad complicada por el número de alteraciones, están así escritas de una manera un tanto gratuita y/o aleatoria y que en muchos casos puede ser debido a que el compositor cree que por poner más alteraciones, mejor composición consigue.
El hecho de tener muchas o pocas alteraciones no hace a una composición ser mejor o peor, sino que le da un colorido especial que contribuye a la perfección de la composición. Dicho sea de paso que el hecho de escribir una obra en una tonalidad determinada debido a cuestiones como las que mencioné antes de que un instrumento dé una nota determinada, también es a menudo influyente pero siempre con vistas a lo mismo que la tonalidad, a crear un color y una situación que propicien la obra.
A modo de ejemplos históricos, comentaré casos muy puntuales como en Grecia que existía la "doctrina del ethos" que preconizaba que cada modo influía en el ánimo del oyente para provocar en él determinados sentimientos que lo empujaran a la acción, esta doctrina se daba de modo paralelo a los metros musicales que se empleaban que eran los mismos que en la literatura (anapesto, yámbico, dáctilo, etc...),así determinados modos estaban relacionados con la guerra, el amor, el culto a un Dios determinado, etc...
Ya más avanzada la música, surgió, concretamente en el Barroco, la teoría de los "affetti" (afectos) por las que cada tonalidad tenía relación un estado anímico:
DO Mayor: Alegría Inocente; Do menor: patetismo; RE Mayor: Pomposo, triunfal, Re menor: grave, solemne, serio; Mi bemol Mayor: Trinidad, Masonería; Mi bemol menor: Terror, fantasmas; Mi Mayor: Brisas; Fa Mayor: Pastoril; Fa menor: angustia; Sol bemol Mayor: encima de una montaña; Sol Mayor: Amoroso; Sol menor: Magnificente; La Mayor: Amor voluptuoso; La menor: mental, elegíaco; Si bemol Mayor: Grandilocuencia, tono regio; Si menor: Desesperación, melancolía.
Después de esta insufrible perorata, pido perdón por ella, espero que se note la importancia de la tonalidad en la música.
Saludos