A muchos les puede parecer una barbaridad esta frase, pero podría ser una realidad que muchas tallas, en el campo de la Historia del Arte, no tengan más valor que el anecdótico procesional. Pero, vamos a decírselo a sus hermanos, ¡a ver que les parece! Posiblemente, aunque mala, estas imagenes tengan el valor más fuerte que puede tener una obra de arte, el sentimental, el único valor que prevalece a lo largo de los siglos en la mayoría de las obras, ya sean buenas o malas.
¿Podría ser esta una excusa para que se interpretaran marchas que pueden recordarnos grandes momentos vividos en la Semana Santa?¿Qué seríamos nosotros sin las marchas de nuestra infancia?¿O sin las marchas que tocaron cuando salimos por vez primera de costaleros?Y qué sería de nosotros sin las marchas que nos transmiten un sentimiento?
Me gusta que interpreten marchas de calidad musical, pero me encanta que toquen las que tienen gran calidad sentimental, o ¿acaso la Semana Santa no es la fiesta del sentimiento?
Encantado de participar en un foro como este.