Mensajepor clavesol » 18 Abr 2006, 12:22
Para no repetirme, ésta es la reflexión que planteo en el artículo que os comentaba.
Este brusco florecimiento, que dicho sea de paso tanto gusta a quien suscribe, ha creado una dinámica patente, en la que las bandas intentan apostar por este historicismo para subirse también al tren y no quedarse descolgados ante la crítica musical. Digamos que, voluntaria o involuntariamente, se ha creado una sana competencia entre muchas bandas de música, que está destilando la resurrección de numerosas marchas que hace años apenas ocupaban los programas de conciertos o las carátulas de los discos. El problema es si, de aquí a un tiempo, esta rebelión historicista descendiese gravemente hasta mantenerse en un nivel mínimo, discreto y sin peso. Pudiera pasar, o quizás no. La segunda opción se cumpliría si todo este proceso cuidadoso del patrimonio musical tuviera como catalizador la existencia en los promotores de una conciencia real de la necesidad de reparar tantos daños y lesiones producidas por el paso de los años. Si esta eclosión historicista nace de una maduración de las bandas, directores, músicos, cofradías, periodistas e investigadores, entonces estaríamos de enhorabuena. Uno quiere pensar que sí, además, tras observar y analizar diversas posturas, comentarios y trabajos realizados últimamente, parece ser que así lo es. Da la impresión como si buena parte del sector musical de nuestra Semana Santa esté reivindicando su papel relevante en la selección y cuidado de la música procesional. Las bandas tienen mucho que decir y no deben quedar siempre amordazadas al criterio único y exclusivo de la hermandad, sino entrar en un equilibrio con ésta.
Por este año, en cuanto a la esfera historicista se refiere, podríamos citar trabajos tan elaborados como el de “Maestros de la Pasión”, “Oremos” y “Camino del Gólgota”, de la Municipal de Sevilla, Municipal de Mairena del Alcor y Oliva de Salteras respectivamente; discos que contienen recuperaciones como el de “A la Madre de Dios” o “Spes Nostra” de las bandas de la Paz y la Esperanza de Málaga; conciertos importantísimos como los que vienen ofreciendo la Sociedad Filarmónica Ntra. Sra. del Carmen de Salteras, la Banda de Música de la Cruz Roja de Sevilla, la Banda de Música de las Cigarreras, la Banda de Música Julián Cerdán de Sanlúcar de Barrameda o la Banda de Música María Stma. de la Esperanza de Córdoba, etc. Un sinfín de pequeños granos de arena que, sumados entre todos, están creando una montaña de gran envergadura, con la esperanza de que ésta se haga cada vez más fuerte y resista cualquier vendaval o tormenta que se le presente.
El tiempo dirá.