El Miércoles Santo es el día del silencio en Zamora, primero durante la tarde con la salida del Cristo de las Injurias y el emblemático juramento que realizan sus hermanos, y posteriormente entrada la noche (a las 0:00 ya del Jueves) con la Hermandad de Penitencia del Cristo del Amparo, conocida como Las Capas Pardas.
Estética singularísima la de esta cofradía. Sus hermanos, que se posicionan en el cortejo formando cruces, no portan túnicas como tales, sino que van revestidos con capas pardas –de ahí el sobrenombre de la hermandad–, prenda tradicional de la provincia zamorana usada para vestir en ceremonias y ocasiones importantes. De notoria elegancia, cumple perfectamente su función como atuendo de los cofrades del Cristo del Amparo, aportando además riqueza visual al cortejo en tanto que cada capa tiene una ornamentación distinta y personalizada. Cabe añadir, por último, que los hermanos portan faroles de mano realizados en hierro de forja, industria artesanal propia de Zamora.
Las Capas Pardas aúna en su procesión la solemnidad y una inusitada riqueza sonora. A ésta última contribuye especialmente el constante sonido de las matracas que portan varios hermanos distribuidos a lo largo del cortejo, pero se debe sobre todo a la música. Las primeras melodías que escuchamos cuando presenciamos el paso de la cofradía son las de un bombardino que va interpretando salmodias, auténticos lamentos sonoros en la noche zamorana. La incorporación de este instrumento tiene un origen ciertamente curioso: el bombardinista Agustín Lorenzo vio la retransmisión que de la cofradía hizo Televisión Española el Miércoles Santo de 1967 y pensó que el sonido de su instrumento podía encajar en la solemnidad del cortejo, por lo que propuso su inclusión a la cofradía y al año siguiente él mismo se integró en el desfile procesional. Hoy día «el bombardino de Las Capas Pardas» es uno de los elementos más característicos de la Semana Santa de Zamora.
Más adelante, poco antes de la llegada del Crucificado, aparece un cuarteto de viento formado por un clarinete, un clarinete bajo, un saxofón tenor y un bombardino, que interpretan composiciones propias y adaptaciones de fragmentos de marchas fúnebres. Podemos considerarlo perfectamente como la «música de capilla al estilo zamorano».
En la web de la hermandad pueden escucharse algunas de las composiciones que interpreta el cuarteto y buena parte de las salmodias del bombardino.
Por último, cuando el Cristo del Amparo llega a la plaza de su iglesia de San Claudio de Olivares y comienza a cruzarla para recogerse, el coro de la hermandad interpreta el
Miserere alistano, propio de la comarca zamorana de Aliste y de profundo sabor tradicional, produciéndose el momento más bello y emocionante de la salida procesional de esta hermandad.
El uso de las capas y de los faroles «de pajar» y el canto de un miserere eminentemente popular convierten a la Hermandad Penitencial del Cristo del Amparo en una maravillosa conjunción de espiritualidad y arraigada tradición zamorana.

