Mensajepor PericoSticks » 26 Nov 2004, 01:24
Un día lleno de imágenes, sonidos y momentos que quedarán grabados en mi retina, mi memoria y mi corazón. El pasado domingo fue para mí uno de los días cofrades más intensos y bonitos de mi vida. Ahora me doy cuenta de por qué cada vez que se habla de la Amargura se ve como punto y aparte.
La salida, mágica, sin palabras. A las 18:00 h en punto estaba la Virgen traspasando la puerta de San Miguel; qué silencio, qué multitud, qué respeto, no había mejor banda sonora para acompañar aquel instante que la marcha del maestro Font de Anta. El palio arrió nada más concluir la marcha y la multitud rompió en aplausos su emoción contenida. Y nada más continuar la Virgen con su caminar, Tejera atacó con “Coronación de la Macarena”, rompiendo totalmente con el típico acompañamiento serio y manifestando el carácter glorioso de la procesión. La gente recibió la marcha con más júbilo y aplausos. Así comenzaba la procesión extraordinaria del pasado domingo, la mejor sin duda a la que he asistido hasta ahora.
No vi ningún instante en el que la Virgen caminara sin música. Parecía que cada “chicotá”, con ese andar cortito cortito y elegante a más no poder, estuviera milimétricamente pensada y coordinada con aquellos sones cofrades.
Con respecto al apartado musical, se pudo observar con claridad para qué están hechas cada una de las bandas que participaron. Mientras que Tejera cuenta con mayor calidad musical y es, hoy por hoy, de las mejores bandas interpretando todo tipo de marchas, especialmente las clásicas y/o serias, el Carmen volvió a demostrar que es una banda exclusivamente para hermandades alegres y de barrio, puesto que cuando se trata de interpretar marchas más serias, personalmente, creo que no está a la altura, a pesar de que tiene calidad de sobra para estarlo (véase el caso de “Soleá, dame la mano” en la Campana o “Ntra. Sra. del Rosario” en la Anunciación). Desde mi punto de vista, son dos estilos, digamos, distintos, y destinados a tipos de hermandades diferentes. Aunque está claro por esto que el campo que abarca el Carmen es más reducido (además incluyendo marchas de menor calidad y más “pachangueras”). Con respecto a las marchas alegres, es difícil establecer un límite, pero, personalmente, y por poca diferencia, me transmite más la banda del Carmen interpretando este tipo de marchas, aunque su calidad musical como banda sea menor.
Comentando un poco cada momento:
Ambas bandas interpretaron varias veces “Coronación de la Macarena”, aunque es una marcha que no me canso de escuchar y siempre se agradece oírla. Lo peor del día para mí fue que me perdí “María Stma. del Subterráneo” antes de llegar al Ayuntamiento (todavía tengo remordimientos). Me embuché un poco de la marcha “Amarguras” allí, que tocaron dos veces seguidas.
En la confluencia de Tetuán con Velázquez, con una enorme marea de gente, pude escuchar “Cristo en la Alcazaba”, “Virgen de Montserrat” (magnífica interpretación de Tejera) y “Macarena” de Cebrián.
Nada más entrar la banda del Carmen, y tocar “Coronación de la Macarena” con “da capo” en la Campana, la enlazaron con “Soleá, dame la mano”, en la que la pifiaron varias veces seguidas, yendo la banda descuadrada (la percusión por un lado y la madera por otro en varias ocasiones).
Por otro lado, me pareció muy emotiva la idea de la hermandad de homenajear a las demás dolorosas coronadas por calle Laraña, aunque, por otro, la elección de marchas no fue la más acertada. Tocar “La Estrella Sublime” recordando a la Estrella de Triana (se supone) fue un gran error (aparte de que el arreglo que interpreta el Carmen no me gusta nada). Me encantó escuchar marchas como “Cristo de la Sangre” (no dedicada a San Benito) o “Stmo. Cristo del Desamparo y Abandono”.
La versión de “Virgen del Valle” de la Filarmónica de Londres adaptada para banda de música me parece quizás inadecuada para este tipo de formación. Da la impresión de que tiene tantas voces que faltan instrumentos en la banda para que suene todo compacto. También se apreciaron varias coladuras y fallos en “Ntra. Sra. del Rosario” de Braña, en la Anunciación, aunque, la verdad, es que fue todo un lujo poder escucharla, y más aún, cuando la muchedumbre respetaba aquel momento al máximo.
Finalmente, me encantó la explosión de alegría que levantó el Carmen tras pasar la Virgen por el Convento de Santa Ángela, al interpretar sin parar cuatro marchas del típico repertorio macareno. Era histórico ver a la Amargura con un acompañamiento similar, y todo un homenaje para la segunda dolorosa coronada de Sevilla. Aquel momento, el último que viví, me emocionó bastante.
Pido disculpas por la extensión y por no ceñirme exclusivamente al tema musical, pero sentía deseos de expresar alguna de las emociones que experimenté aquel día.
P.D. Me pareció muy buena la calidad de la Banda de Santa Ana, a la que nunca había escuchado, que tocó por la mañana en la Iglesia del mismo nombre en Triana. Impresionante la interpretación de “La Esperanza de Triana” de Farfán, y sobresaliente para el solista de clarinete. Del resto de marchas, que no conocía ninguna salvo “Esperanza de Triana Coronada”, sólo me gustó una, y no recuerdo el nombre. Lamentablemente, también hubo “pacololada”.