Mensajepor TERTVLIO » 01 Oct 2006, 19:12
Si algo le agradezco al Foro, sobre todas las cosas, es la capacidad que tiene para hacerme descubrir verdaderas joyas de nuestra música procesional. Como en el caso que nos ocupa. y ya que el Foro me las descubre, considero muy egoista no compartir con los que hacen psible el Foro mis reflexiones a la luz de dichas obras.
Indudablemente nadie puede estar en contra del posteo de Xericiense pero la grandeza de este tipo de obras reside en el hecho no tanto de lo que es sino, más bien, de lo que pretende ser. ¿Por qué digo esto? Más que nada porque enfrentarnos a esta obra nos invita a dos cosas; o bien conformarnos con escucharla o intentar reinterpretarla. Que es lo que yo siempre prefiero, obviamente cuando la obra reune la calidad suficiente para hacerlo. Que todo hay que decirlo.
Partiendo de esta premisa, lo primero que llama poderosamente mi atención es el hecho de que sería muy injusto quedarnos en la superficie de una tan aparentemente inofensiva marcha. Quizá ese sea el unico "pero" al posteo de Xericiense. ¿Por qué pelar un plátano y tirarlo? Sería una pena desperdiciar la posibilidad que Beigbebder nos brinda veladamente de, como decía, reinterpretar su obra y, con ella, una más que curiosa concepción de la Semana Santa.
Es muy probable que en las arcaizante mentalidad de principios del siglo XX, toda obra religiosa que no versara sobre la figura del Redentor sería más que cuestionada. De ahí que el abanico artístico se ampliase a cuanto rodea a este personaje (en teoría) central. En este caso, su Madre. Y, el pretexto, su desolación. Vemos entonces cómo Beigbeder se busca un motivo introductorio que le permita abundar en lo que de verdad pudiera interesarle. Así es lógico que describa con magistral precisión "el pesaroso pero solemne camino de Cristo por la calle de la Amargura, y que desemboca en otro que supone un paréntesis de serenidad y dulzura entre el dramatismo de la escena, acaso el Encuentro con la Madre y las palabras de consuelo de San Juan. Pero pronto derivará en uno de los más portentosos y drámaticos fragmentos de toda la música procesional: es palpable mendiante un envolvente "crescendo" ; la Crucifixion, la Exaltación en la Cruz, la Agonía y, finalmente, la Muerte de Jesucristo" como argumenta Xericiense.
Pero, repito, quedarse en eso supone renunciar a la riqueza que considero encierra esta obra. Teniendo a Jesús como motivo introductor y la desolación de su Madre como pretexto, ¿qué es lo que podría interesarle explorar a Beigbebder? Está claro que mostrados unos productos en el escaparate, serían estos los que más fácilmente vendiera el autor pero no menos cierto es que en la trastienda bien pudiera guardar las más exquisitas piezas para los no menos selectos aunque minoritarios "escogidos" para degustarlas. Y ahí es donde pretendo acceder o, por lo menos, dejar la puerta abierta para que lo haga el que quiera (o pueda).
Está claro que la desolación de María vendría por la muerte de su Hijo pero en la obra no hay motivo alguno que dé a interpretar tal desolación; no es fúnebre aunque sí muy solemne y en ningún momento hay pasaje alguno de dramatismo tal que lleve al oyente a empatizar con María en el estado que (aparentemente) nos la muestra el título de la obra: desolada. Es entrañable, evocadora. Entrelazando pasajes en los que se centra en Jesús, incluye motivos más próximos a la nostalgia de María por la niñez perdida de su Hijo que a la desolación por su muerte que dibuja históricamente el catolicismo. Esa es la grandeza de esta marcha a la que antes me refería como infensiva. ¿Por qué?
Porque todos nos solemos acercar a ella condicionados por su título. Hábil treta de Beigbeder que nos coloca en situación de espectadores de un dolor semejante al de siete puñales atravesando un corazón. Pero la marcha claramente no refleja tal dolor. Es mucho más optimista; quiza, como digo, algo nostálgica, evocadora, pero optimista en la resolución. Como si Bebigbeder, riéndose del mundo, hubiera querido decir una cosa diciendo todo lo contrario. A veces, para disimular esta intencionada indagación en el estado de María, recupera la figura de Jesús para que, el oyente, una vez más condicionado por el título, crea escuchar lo que no hay. Pretexto. Se sirve de, en vez de convertirlo en protagonista. Recrea su muerte en la Cruz no como homenaje sino como un nuevo motivo que le premita adentrarse en el estado de ánimo de su Madre.
Es entonces cuando juega a ser Juan y le echa el brazo por encima a su Madre. Pasaje continuista, optimista, reconfortante. Compone un trío lleno de dulzura, similar a algunos textos de la época. Como el breve "Flores del Libro santo de los Cantares. Coloquios dulcísimos entre Jesús y el alma" editado por el P. Juan Arimón de la V. Dolorosa en 1906. ¿Quién no nos dice que Beigbeder reinterpretase el patetismo de una escena desde la perspectiva de uno de los testigos, en vez del protagonista? ¿Y quién no nos dice que ese dramatismo no fuera tal?
La María que presenta esta marcha es de una entereza sobrecogedora. A los pies de la Cruz entiende que la muerte no es una puerta que se cierra sino una puerta que se abre. ¿Mientras otros autores (o el propio Germán) estuvieran indagando en otra ocasión en el dolor absoluto de una madre destrozada, por qué no intentarlo ahora desde la esperanza?
A todo lo dicho anteriormente, motivos en mi opinión más que suficientes para considerar esta marcha una gran obra de nuestra música procesional, se añade ahora la que creo que es más importante causa de mérito: ese intento por reinterpretar saliéndose de lo común...
Corríjanme, por favor, si me equivoco pero... ¿esa exploración, ese estudio del estado de María a través de su actitud no es sino el objeto de la psicología? ¿Estaríamos, entonces, frente a una marcha que es mucho más de lo que parece ser? Y más dudas: el hecho de que no fuera intencionada esta exploración, ¿restaría mérito a Beigbeder? Es más... ¿Es posible adentrarse en un terreno tan complejo como el de la psicología de manera involuntaria?
¿Qué decís vosotros?
Post Scriptum Concluía Xericiense deseando conocer nuestra opinión respecto a esta "interesante" marcha. Y vaya si lo es...