Grandes Marchas
Procesión de Semana Santa en Sevilla (Pascual Marquina Narro)
Marcelo Gálvez Jiménez
13 de Enero de 2005
Qué duda cabe que nos encontramos ante una de las marchas procesionales más carismáticas de cuantas se hallan escrito. Salida de las manos de un insigne músico militar como es Pascual Marquina, autor del celebérrimo pasodoble "España Cañí" entre otras composiciones y adaptaciones entre las que cabe citar la adaptación a banda de música de la Suite Iberia de Isaac Albéniz, lo cual dice bastante del gran dominio y conocimiento que tenía el autor de esta marcha que nos ocupa. Nos encontramos, sin duda, ante una obra descriptiva, pues explica musicalmente qué es la Semana Santa, prueba de ello es que numerosos autores que se han lanzado al mundo de la composición procesional han bebido de las fuentes de esta marcha. Pasemos a desentrañar qué oculta esta marcha:
El tono de la marcha es Do, menor en su inicio y mayor de aproximadamente en adelante, aunque hay partes, como la saeta central, en que modula a otros tonos.
La marcha comienza con una introducción en fortísimo de metales a distancia de octava en la dominante del tono a lo que sigue un pasaje en tutti que nos lleva de modo transicional a un primer tema en pianísimo de marcado carácter rítmico que contrastará con un pasaje dominado por los metales graves en fortísimo de apenas cinco compases que nos retornará a la continuación del primer tema que nos devolverá a la fuerza del tema transicional expuesto en la introducción de la marcha con la particularidad de que dicho tema transicional se repetirá en pianísimo para llevarnos a tema secundario (entiéndase secundario no como peor o más feo) en fuerte, donde las maderas cantan un tema secundado por una voz cantada por trompetas, saxofones altos y otros instrumentos, con un marcado carácter militar. Este tema acaba en la dominante por lo que pide una resolución en un nuevo tema. De este modo, finaliza la sección A de la obra.
La resolución que buscaba el tema anterior da paso a la sección B de la obra, caracterizada por encontrarse en modo mayor. Nos encontramos con un tema, con la particularidad de estar inspirado en la Marcha Real, llevado a cabo por las trompetas (alguna banda lo hace también con cornetas) mientras que las maderas (en registro grave) y demás instrumentos llevan a cabo un relleno armónico que enriquece muchísimo la línea armónica de este pasaje. Llegamos a un tema secundario separado claramente por dos compases de caja haciendo marcha: este tema consiste en una saeta cantada por maderas y fliscorno respondiendo en los puntos de reposo, saxofón alto y clarinetes segundos, siendo los demás instrumentos el colchón armónico de clara inspiración andaluza aunque de forma enriquecida, usando gran cantidad de acordes de 70. La saeta queda interrumpida por el tema principal de esta segunda sección, es decir, el canto de trompetas con el relleno armónico de maderas (en registro agudo) y demás instrumentos.
Tras este recuerdo, nos llega el material cadencial, protagonizado por los metales y que recuerda a los finales de famosas oberturas. Las últimas notas se encuentran en el registro grave dejando tan sólo a la nota fundamental del acorde.
Se puede concluir diciendo que es una marcha con los justos alardes técnicos, es decir, emplea cada elemento en su sitio siguiendo la máxima del arte griego: "De nada demasiado". Se observa que Marquina fue un compositor sólidamente formado, que sabía colocar cada elemento en el sitio justo dotando de sentido al resto de la obra y con un gran conocimiento de la formación para la que escribía. Recordar por último, que esta marcha ha sido objeto de inspiración de muchos compositores en cuanto a los recursos que emplea, como por ejemplo: Moisés Davia Soriano, recurrió a la saeta interrumpida por metales con la posterior intervención de la caja en su "Coronación de Espinas".