Impresiones musicales de la Semana Santa de Sevilla de 2006
José Manuel Castroviejo López y Miguel Castillo Moraga
8 de Mayo de 2006
Impresiones sobre la música en la Semana Santa de Sevilla de 2006
Por José Manuel Castroviejo López
Las expectativas.
Mucho se había hablado últimamente de la mejora que estaban sufriendo los repertorios de varias bandas, evidenciada en los espléndidos conciertos que hemos presenciado a lo largo de la cuaresma, mayoritariamente con bastantes recuperaciones y otras marchas de calidad, clásicas o nuevas.
Sin embargo,
quedaba la duda de si ese intento de dignificación quedaría
estancado solamente en los conciertos cuaresmales o trascendería
en parte a la realidad de la Semana Santa, esto es, en las procesiones.
De cualquier manera, todos éramos conscientes de que si se producía
algún cambio, sería leve y poco acusado, porque pensar
en una revolución repentina es una utopía.
La realidad.
Aunando
comentarios de aquí y allá, conversando con allegados,
y teniendo en cuenta las experiencias personales, podemos afirmar que
nuestras sospechas estaban fundadas: se ha producido una mejora, aunque
leve.
Esto no significa que las malas marchas que todos sabemos hayan quedado
en un segundo plano, porque tocarse se han tocado bastante, sino que
ha habido una mayor variedad, en el sentido de que se han incluido marchas
que hasta ahora no se interpretaban.
Así, observamos que se va vislumbrando un equilibrio que hasta ahora no existía.
Muchas marchas clásicas (que nunca falten) y varias rarezas y/o
recuperaciones han convivido con la mediocridad y la vulgaridad.
Obviamente, depende mucho de la hermandad y la banda.
Marchas concretas.
Es difícil
que una marcha de las digamos "no comerciales" tenga repercusión,
pero este año ha habido algunas excepciones, por ejemplo Valle
de Sevilla y Triana, tu Esperanza. La primera la han tocado
Tejera, la Municipal y Julián Cerdán y la segunda Santa
Ana la ha interpretado en varias hermandades.
Virgen Macarena, novedad para este año de Fco. Javier
Alonso Delgado, ha cosechado bastante éxito. Es una marcha compuesta
con un corte predeterminado expresamente para la corporación
macarena, por lo que se interpretó en varias ocasiones, tanto
en la Macarena como en otras hermandades.
En
cuanto a marchas antiguas, destaca La Esperanza de Triana de
Manuel López Farfán, incluida en el repertorio de varias
bandas e interpretada con cierta asiduidad, aunque por falta de interés,
la hermosa no se ha interpretado en la madrugá tras la Virgen
a la que está dedicada.
Aparte
de las mencionadas, los demás estrenos y recuperaciones han sido
mayoritariamente testimoniales.
En la Paz se ha tocado Regina Pacis, La Sagrada Cena
en la Cena, Caridad de Oliveras en el Baratillo, El Cristo
de la Exaltación (En mi amargura) en la Exaltación,
Victoria Dolorosa en las Cigarreras, Macarena de Jacinto
Guerrero en el Baratillo y la Macarena, Spes Nostra,
Esperanza Nuestra de Braña, Pasión por Macarena,
Sentencia Macarena, etc, en la Macarena...
Marchas
infames, muchas hay, de todos conocidas. Aparte de las que molestan
nuestros oídos desde hace tiempo, también aparecen algunas
nuevas cada año.
Es cierto que la mejor manera de no dar publicidad a algo es no mencionarlo, pero a modo de claro ejemplo citaremos la marcha Reina de San Esteban, carente del más mínimo sentido estético y rayana en la más pura chabacanería.
Repertorios.
Bandas como Cigarreras, la Oliva, Julián Cerdán o Tejera han mostrado unos excelentes repertorios, como de costumbre, y ha mejorado ostensiblemente en este aspecto El Carmen, eliminando marchas innecesarias e incluyendo varias de buena calidad.
Por el
contrario, el hecho de que una banda se esfuerce en preparar grandes
marchas no significa que las hermandades sepan sacarle partido.
Un ejemplo positivo, el de la banda de las Cigarreras con su hermandad
el Jueves Santo. Si bien se le puede achacar que no toque más
veces algunas marchas propias de la cofradía, como La Victoria
de María o Victoria Dolorosa, el repertorio ha
sido excelente. Marchas como Ecce Homo!, La Soledad
(P. Morales), Nuestra Señora del Mayor Dolor (Farfán),
El Cachorro o Nuestra Señora del Socorro de
Gámez, Expiración de Font Fernández, Nuestra
Señora de Guadalupe o Nuestra Señora de las Victorias
son muy poco comunes.
Caso contrario, el de la hermandad del Amor, a cuyo palio acompaña
la citada banda de las Cigarreras, que en absoluto se preocupa no ya
de una variedad mínima sino tampoco de tocar las marchas que
tiene dedicadas (recordemos que posee una de Farfán, una de Gámez,
dos de Braña...).
Otro caso
muy semejante, el de la Oliva.
Con hermandades como la Sed, la conjunción del responsable musical
de la hermandad y la buena disposición de la banda ofrecen un
alarde de genialidad y buen gusto, interpretando marchas alegres, como
corresponde al carácter de cofradía de barrio que es (Virgen
del Dulce Nombre o Señorita de Triana de Pedro
Morales, Aquella Virgen, Nuestra Señora de Guadalupe...)
y marchas de carácter más solemne en puntos concretos
(Mektub, Margot, Camino del Gólgota,
Cordero de Dios...).
En el lado opuesto, la hermandad del Museo o el Dulce Nombre, que salvo
poquísimas excepciones no han salido de lo que popularmente se
conoce como "sota, caballo y rey".
Así, en la primera se obvió por completo Expiración de Font y en la segunda, El Dulce Nombre de Farfán, Virgen del Dulce Nombre y Al cielo con Ella sólo se interpretaron una vez, y para más inri, Jesús ante Anás de Lerate ni se llegó a tocar.
Espléndida
la actuación igualmente de Julián Cerdán de Sanlúcar
de Barrameda tanto el Sábado de Pasión con el Cautivo
de San Pablo como el Martes Santo con los Javieres, gracias a la buena
voluntad de ambas cofradías.
El Sábado de Pasión pudimos escuchar marchas, mayoritariamente
alegres -lógico- , como Señorita de Triana,
La Esperanza de Triana (varias veces), Coronación
de Marvizón y Puntas, Nuestra Señora de Guadalupe,
Saeta cordobesa, Nuestra Señora del Patrocinio,
María Santísima del Subterráneo, María
Santísima de las Penas de Pantión, Paz de San
Marcos, El Refugio de María y Nuestra Señora
de la Palma de Farfán -reestrenada en la calle tras
muchas décadas- etc.
El Martes Santo ocurrió algo similar, pero más acorde con el carácter de los Javieres: Llena eres de Gracia, Valle de Sevilla, Memoria eterna y Nuestra Señora del Mayor Dolor de Beigbeder, Tus Dolores son mis Penas y Nuestra Señora de Montserrat de Pantión, El Refugio de María...
Excelentes también los magníficos repertorios fúnebres de Madre de Dios de la Palma (A la memoria de mi padre, La Sagrada Lanzada, Mektub, la mayoría de sus marchas propias de Braña, Peralto, Alonso...) y ambos pasos de los Servitas (La muerte de Ase, Grave, Madre Dolorosa, Soledad, etc).
Bastante acertado el de la Virgen de Regla de los Panaderos: Virgen del Amparo de Peralto, Nuestra Señora de Regla de Borrego, Mayor Dolor y Traspaso, etc.
Muy remozados
los de la Hiniesta y Baratillo, que este año han sido concienzudamente
estudiados y muy bien realizados. En la Hiniesta se ha hecho hincapié
en varias de sus marchas propias que hasta ahora se tocaban con poca
asiduidad, como La Estrella Sublime o Hiniesta de
Peralto, además de otras marchas como Virgen de la Estrella
de Gámez, Virgen de las Mercedes, Rey de Reyes,
Concepción Inmaculada...
En el Baratillo ha ocurrido algo similar, con marchas nuevas o recuperadas
(Cuando pasa la Caridad, Caridad de Oliveras) y otras
de excelente factura: Soleá, dame la mano, Rey de
Reyes, Macarena de Guerrero, Nuestra Señora
de Guadalupe...
Todo lo contrario ha sucedido en hermandades como San Gonzalo, Aguas, Rocío, San Esteban, Esperanza de Triana, etc. Repertorios poco acertados y nada elogiables.
Intentos frustrados.
Conseguir que una hermandad se esmere en cuidar su música no es nada fácil. Hay que salvar muchos obstáculos, el último de los cuales es el de la "gente de abajo", es decir, capataces y costaleros.
Vamos a
comentar dos casos realmente sangrantes.
La hermandad de la Paz tenía previsto un espléndido repertorio
para el Domingo de Ramos que iba a dar mucho que hablar. Sin embargo,
la intransigencia del capataz dio al traste con todo.
La interpretación de marchas como Regina Pacis -primera
marcha dedicada a la hermandad y recuperada este año- en un par
de ocasiones o La Esperanza de Triana -inconcebible,
pues ambas son de carácter alegre- provocó momentos de
tensión entre capataz y fiscal de música, aspecto totalmente
desagradable y fuera de lugar.
Si el capataz se limitara a sus funciones, esto es, mandar a sus costaleros,
no hubiera pasado nada. Sin embargo, el resto de la junta de gobierno
no prestó su apoyo a quien debía prestarlo y finalmente
hubo que interpretar más de una marcha de poca o nula calidad,
echando por tierra el planteamiento inicial.
De cualquier manera, en nuestra mente se queda el haber escuchado Victoria
y Paz, Regina Pacis, Sevilla cofradiera, El
Cachorro o La Esperanza de Triana.
El otro
incidente tuvo lugar con la hermandad de la Sed, durante el recorrido
de vuelta con la Banda de Mairena del Alcor (La Oliva va en el recorrido
de ida y Mairena en el de vuelta). Además de las marchas clásicas
y alegres acostumbradas, se escogieron marchas para puntos concretos
como Tus Dolores son mis Penas, Consuelo de María
de Alonso Jiménez, Hiniesta de Peralto, Madre de
Dios de la Palma de Alonso Delgado o La Virgen en sus Lágrimas
de Farfán.
Sin embargo, la interpretación en la Alfalfa de María
Santísima del Subterráneo provocó momentos
de tensión -que ya venían gestándose- con
algunos costaleros, por lo que en adelante se tuvieron que interpretar
ciertas marchas que todos conocemos para templar los ánimos.
En la Hermandad de la Macarena, aunque en menor grado, ocurrió algo similar. Si bien se tocaron casi todas las marchas nuevas y recuperaciones previstas, no pudieron prodigarse como estaba pensado.
Ni los capataces ni los costaleros deben incidir en la música que una hermandad cree adecuado interpretar a sus titulares. Porque, recordemos, un costalero va haciendo estación de penitencia igual que un nazareno, un acólito o un penitente, y las marchas van dedicadas a Cristo o a la Virgen, no para que el costalero pase un ratito agradable bajo la trabajadera.
Falta de personalidad.
La Hermandad
de San Bernardo, que cuenta con un importante patrimonio musical, hace
caso omiso al mismo. Clarísimo ejemplo lo tuvimos en la salida.
Salir con La Estrella Sublime y Coronación de la
Macarena, por muy buenas marchas que sean, denota una total falta
de personalidad y criterio. En la Campana sucedió algo similar.
Mismo caso el de Jesús Despojado, también en la salida.
Hay más ejemplos, pero estos son bastante ilustrativos.
¿Hace
falta recordar que la música forma parte del ornamento de un
paso lo mismo que el manto o las flores?
Más de uno sigue sin darse cuenta.
Conclusiones.
Tal y
como decíamos al principio y hemos ido desarrollando a lo largo
de esta pequeña crónica: leve mejoría, pero esa
levedad es importantísima. No hay más que mirar atrás.
¿Es el futuro esperanzador? Ahora mismo hay que tener paciencia.
Esperemos que así sea.
La música en los pasos de Cristo en la Semana Santa de 2006.
Por Miguel Castillo Moraga
En el 2006 nos hemos encontrado con tres hechos destacables en el plano musical de la Semana Santa: el cambio de estilo en la hermandad de Montesión, que tras doce años volvía a acompañar a su paso de misterio con una agrupación musical, el esperadísimo y no exento de polémica retorno de la agrupación Virgen de los Reyes al Señor de los Gitanos y la situación de la banda del Sol, tras los problemas del pasado verano, de sobra conocidos.
Había suscitado
muchos comentarios antes de Semana Santa el hecho de cómo se
presentaría la Banda del Sol en su acompañamiento de varias
hermandades.
Esta señera formación ha dejado a un lado las dudas que
pudieran haberse planteado mediante un repertorio amplio y variado y
una ejecución más que notable de las marchas interpretadas.
Se ha notado un importante trabajo de la dirección musical: hemos
podido escuchar nuevas composiciones, como Aguas de Guadalupe,
de Israel Jiménez, reformas de otras como Anábasis
o Barrabás, e incorporaciones al repertorio (o al menos
un mayor número de interpretaciones) de marchas clásicas
como La Lanzada o Virgen del Mayor Dolor.
Dentro de sus intervenciones podemos destacar la salida de la hermandad
de la Exaltación con la interpretación de Cristo del
Amor, Anábasis y Barrabás, así
como su paso por la Cuesta del Rosario, donde pudimos escuchar la hermosa
marcha Rosa del Arenal, María y Santísimo
Cristo de la Sagrada Cena.
Muy lucido fue el acompañamiento de la hermandad de las Aguas
tras salir de la Catedral y hasta el Postigo, con la ejecución
de marchas clásicas, otras ya habituales y novedades (Jesús
de la Victoria, Bendición, Virgen de la Paloma,
Y tú Estrella, Pentecostés, Santa
Marta, Evocación...).
En suma, se puede decir que la Banda del Sol ha cumplido sobradamente
con lo que nos tiene acostumbrado, es decir, calidad en la interpretación
y buen hacer.
Magnífico
ha sido el sonido de la Banda de las Cigarreras. Probablemente con el
más amplio repertorio de bandas de este estilo, se ha notado
quizás mayor fuerza en el sonido de esta formación.
Poco se puede decir que no conozcamos de las Cigarreras, con un elevadísimo
nivel de calidad.
Ha resultado exquisita la adaptación del himno eucarístico
Cantemos al Amor de los Amores y su interpretación tras
el paso de la Cena en su salida y la Campana.
Magnífica también la salida del paso de la Bofetá
con Dulce Nombre de María, Corazón de Jesús
y Aromas de un recuerdo. Destacamos también la recuperación
e interpretación en la Campana de Esa espina de tu cara
a la hermandad de San Gonzalo (se reincorporó al repertorio el
pasado año), la reforma de marchas clásicas como Virgen
de la Paloma y Rocío y la novedad de Prendidos
a Jesús, de Pedro Pacheco.
A un altísimo
nivel también, tras la publicación de un nuevo trabajo
discográfico, ha estado la Banda las Tres Caídas.
Han sonado mucho las marchas del nuevo disco, especialmente la bellísima
Angustias, de Manolo Sanlúcar.
Además de las incluidas en este trabajo se han incorporado al
repertorio Pureza, marcha de Jorge Águila e Isaac Gómez,
llena de fuerza, y Toques de Triana, recuperación importantísima,
ya que es posiblemente una de las marchas más completas de la
formación trianera. Pudo escucharse por ejemplo tras el paso
de la Lanzada en su discurrir por la calle Orfila.
Destacamos la intervención de esta banda tras su titular en la
madrugada del Viernes Santo por la Avenida de la Constitución,
interpretando un repertorio selecto y variado: Cristo del Cerro,
Virgen de la Paloma, Angustias, El Desprecio de
Herodes... y su paso por el Postigo, demostrando buen gusto
y que las marchas clásicas pueden servir siempre de fondo para
momentos importantes en el recorrido de las hermandades al interpretar
La Lanzada y La Expiración.
Como siempre, un diez para los músicos de Triana.
Excelente la Banda
de la Presentación de Dos Hermanas, llena de potencia y calidad.
Este año ha incorporado a su repertorio las marchas Al Dios
verdadero, dedicada al Cachorro de Triana, y Dios del Perdón,
de Pedro Pacheco, que parece haber tenido una importante aceptación
en el público.
Como siempre, hay que destacar su acompañamiento al Señor
de las Penas de la Estrella, tras el cual interpretaron un total de
64 marchas.
Algunos momentos destacados: la vuelta en Velázquez con las marchas
Triana te corona, Al Gitano de la Cava y A la
Triana Costalera, la Campana, donde interpretaron Sangre,
Dios del Perdón, Esencia e Y tú,
Estrella, y el retorno de la hermandad desde el Altozano hasta
su entrada, que se convierte cada año en una cita ineludible
para aquellos que deseen disfrutar de los sones de la banda nazarena;
en este año fueron diez las marchas interpretadas: Cristo
de la Sangre, Amor y Sacrificio, Penas de Triana,
Tu cáliz de Amargura, Al Gitano de la Cava,
Al Dios verdadero, Dios del Perdón, A la
Triana costalera y Sentimiento Gitano.
Por su buen trabajo, se hace acreedora de más contratos en Sevilla.
El punto y aparte
de cada año es la Centuria Macarena, que mantiene sus sones y
estilo clásicos.
Progresa la Banda del Cautivo de Sanlúcar, y se quedan más
estancadas las de Corona de Espinas (con una particular interpretación
de Salud de San Bernardo en la salida de la hermandad del Miércoles
Santo que nos lleva a pensar que las bandas no deben atreverse con aquello
para lo que no están cualificadas), la Banda del Cautivo, que
siempre pone voluntad pero que no acaba de consolidarse en su sonido,
y la del Cristo de la Sangre, a la que hemos podido notar este año
un paso atrás en su evolución. Correcta, aunque no al
nivel de años pasados, la banda de la Salud de Utrera.
En cornetas y tambores se puede decir en suma que el peldaño entre Cigarreras, Triana, Sol, Presentación, Centuria y el resto se ha agrandado considerablemente.
En las agrupaciones musicales destacamos en primer lugar a Santa María Magdalena de Arahal, la agrupación con el sonido clásico y puro por excelencia, que emociona con sus interpretaciones de marchas ya clásicas del género.
La Agrupación
musical Virgen de los Reyes sigue ganando terreno un año más
al volver a la hermandad de los Gitanos, hecho este muy esperado por
el público, como prueban las ovaciones que por la Avenida de
la Constitución se le tributaron en la mañana del Viernes
Santo.
Las novedades del presente año han sido las marchas Gitano
de Sevilla, del controvertido Paco Lola, marcha que desde luego
no ha marcado un hito en la música de agrupación, y A
mi Virgen de los Reyes, composición muy del estilo de las
últimas de esta agrupación.
Interpretando con la calidad y fuerza de siempre, la banda ha hecho
alarde de un repertorio muy amplio y variado. Les hemos podido escuchar
las clásicas Alma de Dios, Puente de San Bernardo,
Himno de San Antonio, Santa María de la Esperanza,
Salud y Refugio, las consolidadas y emblemáticas Costalero,
Nazareno y Gitano, La Clámide púrpura,
Aurora de Resurrección, La Saeta y las de nuevo
cuño como Unidos por tu Sangre, Al Compás
de la Laguna, Cristo de los Faroles, Madre del Refugio,
entre muchas otras.
Este ha sido un
año sin duda inolvidable para la Agrupación de la Redención,
que ha conseguido un nuevo paso en la Semana Santa sevillana.
Día histórico para ellos el Jueves Santo tras la Oración
del Huerto. Indudablemente el desfile procesional de este paso ha tenido
especial repercusión, pudiéndose notar más expectación
en el público, mayor lucimiento en definitiva. La hermandad de
Montesión ha salido ganando.
La banda ha hecho gala de un excelente sonido, con nuevas marchas en
su repertorio y recuperaciones interesantes como Virgen de la Hiniesta,
Oh bendita Estrella y Salud de Montesión.
Tanto tras su hermandad como en la de la calle Feria han hecho todo
un derroche en cantidad y calidad de marchas (en torno a las 70 tras
la Oración del Huerto).
Correcta la Agrupación musical de la Encarnación aunque sin llegar al nivel de las anteriores. Posiblemente su repertorio es más "clásico" en la hermandad de la Paz que en la suya de San Benito. Tras el paso de la Presentación al Pueblo se siguen echando en falta, un año más, las magníficas Dolores y Misericordia, La Piedad, Puente de San Bernardo, Lágrimas, Cristo de las Cinco Llagas... Con ello no queremos decir que el repertorio de la banda se ciña exclusivamente a estas composiciones, pero sí es cierto que con el paso de los años éstas han dejado de escucharse en lugares tan importantes como el saludo a Santa Ángela, la calle Laraña, La Campana, la Avenida, Cuesta del Bacalao... perdiéndose así estampas del Martes Santo que muchos recordamos desde niños. Una lástima.
Emotiva la incorporación
de la Agrupación de los Gitanos tras su titular a la salida de
la Catedral, con gran número de marchas a su paso por la Cuesta
del Bacalao, del Rosario, la Alfalfa...
Veamos lo que el futuro depara a esta agrupación tras los polémicos
acontecimientos vividos a principios de año.
En resumen, podemos
decir que el nivel de las bandas de ambos estilos va superándose
cada año en determinadas formaciones, mientras que otras se estancan,
acentuándose más, por tanto, las diferencias.
Un año el 2006 en el que las agrupaciones han continuado ganando
terreno: este año ha sido el turno de Montesión con su
cambio de estilo. Veamos si este fenómeno continúa. Como
apuesta personal nos fijamos en San Bernardo, el tiempo lo dirá.