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Presentación del concierto del Carmen de Salteras el 11-02-06
Fco. Javier Alonso Delgado, Mateo Olaya Marín y José Manuel Castroviejo
23 de Febrero de 2006
Programa del concierto
1.- Santa María del Ripoll (Juan Lamote de Grignon)
2.- La Esperanza -de la Macarena- (A. Monsalves)
3.- Macarena (Jacinto Guerrero, instr. por Fco. Javier Alonso Delgado, 1946)
4.- Virgen de la Presentación (Pedro Braña, 1961)
5.- Esperanza Nuestra (Pedro Braña)
6.- Cofradía Sevillanas (Pedro Braña, 1984)
7.- Esperanza (Manuel López Farfán, 1899)
8.- Spes Nostra (Manuel López Farfán, 1904)
9.- ¡El Calvario de un Artista! (Manuel López Farfán, 1928)
Bis: Coronación de la Macarena (Pedro Braña, 1964)
Presentación a cargo de Fco. Javier Alonso Delgado
Me toca a mí presentar la parte más desconocida del concierto.
Aún así, se trata de piezas de enorme interés.
Quisiera destacar, antes de nada, un hecho que como cofrades y aficionados a la música procesional debe enorgullecernos: que dos compositores españoles de proyección universal, de gran prestigio y de esos que aparecen el las enciclopedias, se hayan dedicado a este género musical. Y que uno de ellos, además, dedicara su obra a Sevilla en general y a la Macarena en particular, a mi, como músico, como cofrade y como hermano de la Macarena me llena de satisfacción.
Abre el concierto la música de un compositor que nació y murió en Barcelona entre los años 1872 y 1949: Joan Lamote de Grignon Bouquet, uno de los máximos representantes de lo que el investigador Carl Dauhaus llamó "Modernismo Musical", considerada como una de las épocas musicales más esplendorosas en Cataluña.
Los rasgos más característicos de esta época son su influencia wagneriana y un profundo nacionalismo.
Lamotte de Grignon fue fundador y primer director de la Orquesta Ciudad de Barcelona (actual Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña) y de la Banda Municipal de Barcelona, además de director del Conservatorio del Liceu.
Compuso numerosas obras de todo tipo: orquestales, lieder, motetes, cantos espirituales, sardanas y una marcha procesional: Santa Maria de Ripoll, marcha habitual en la Semana Santa de Castilla y que vamos a escuchar a continuación.
La segunda obra es una completa incógnita. Completa y gozosa incógnita por lo que resulta de recuperación de una marcha completamente olvidada.
Nada sabemos a ciencia cierta de su autor y de la fecha de composición. Solamente, que la podemos datar en la primera década del siglo XX, que su título es La Esperanza de la Macarena, que está dedicada a esta hermandad y que su autor es A. Monsalves.
A partir de aquí solamente podemos hacer conjeturas, y estas conjeturas nos llevan a la familia Damas Monsalves, músicos sevillanos que desarrollaron su actividad en los últimos años del siglo XIX y principios del XX, de los que, probablemente, el autor de la marcha que nos ocupa fuera familiar.
Francisco Damas Monsalves (1867-1918), nació y murió en Sevilla. Fue músico militar y compuso todo tipo de música, destacando sus sainetes líricos, algunos de ellos estrenados en el Teatro del Duque de Sevilla.
Manuel Damas Monsalves (1868-1921) Hermano de Francisco Damas Monsalves. Compositor y director. Con 17 años obtuvo la plaza de primer flautista del Teatro de San Fernando de Sevilla. Tras varias giras de conciertos por España y Portugal, fue nombrado profesor de la escuela Reina Victoria, en el sevillano barrio de Triana, organizando en ella una banda infantil con la que realizó una gran labor pedagógica. Escribió varias composiciones para banda, orquesta y zarzuelas que estrenó en el Teatro Duque de Sevilla.
Jacinto Guerrero Torres, que nació en Ajofrín (Toledo) en 1895 y murió en Madrid en 1951, conoció la Semana Santa de Sevilla en los años 20 del pasado siglo de la mano de su compadre el famoso barman Perico Chicote, que todos los Martes Santos se llegaba a Sevilla para realizar la Estación de Penitencia de su hermandad de la Candelaria.
Fruto de esa primera visita nació la marcha Candelaria, de 1934.
Parece que las visitas del Maestro a la Semana Santa hispalense fueron frecuentes a partir de ese momento... y en el año 1946 compuso Macarena.
La marcha se estrenó en el Teatro de San Fernando, dentro de un recital poético del Padre Cué e interpretada por la Banda del Soria 9 dirigida por Juan Vicente Mas Quiles.
El estilo de la marcha, un tanto avanzado para el gusto de los cofrades de la época, no agradó a la hermandad y cayó en el olvido.
Recientemente, por iniciativa de la Fundación Jacinto e Inocencio Guerrero, a la que alerté sobre la existencia de esta obra que desconocían, la Hermandad puso a mi disposición el guión de la marcha. La propia Fundación me encargó su instrumentación para Banda de Música.
El resultado es lo que esta noche vamos a escuchar. Una marcha impregnada del estilo alegre no exento de profundidad que caracteriza la música del Maestro toledano y que estoy convencido, gustará a los cofrades de hoy en día.
La marcha tiene una estructura simple: dos temas con una introducción que también sirve como coda y un puente para unir un tema y otro a modo de fuerte de bajos.
El entramado melódico y armónico es muy interesante y de gran riqueza.
En lo que respecta a mi intervención en la marcha, he conservado todo el material que escribió el Maestro en el guión y le he añadido una discreta sección de percusión y un relleno armónico en el acompañamiento, basado siempre en el estilo de la partitura original.
Escuchen Macarena, de Jacinto Guerrero Torres.
Presentación de Mateo Olaya Marín
Llegados al ecuador del concierto abordamos la figura de Pedro Braña, el Maestro Braña, cuyo nombre permanece sellado con letras de oro en la historia de esta cofradía desde el año 1964. Asturiano de nacimiento y sevillano de adopción, Braña recaló en Sevilla en el otoño de 1944 para dirigir la Banda Municipal, al frente de la cual estaría hasta 1972. De compositor de música para el cine español a compositor de marchas procesionales, porque su llegada a Sevilla le descubrió el inmenso océano que suponía el repertorio musical de la Semana Santa.
Con la Banda Municipal tardaría poco en comprender lo sensacionalmente bello que supone acompañar a un paso de palio con una banda de música. Captó magistralmente el alma de la marcha procesional para así tallar ese fervor mariano y esa fe en Cristo en hermosas notas y compases.
Sevilla le cautivó. Y él cautivó con su música a Sevilla. Entre él y Sevilla se estableció un afecto y aprecio mutuos, de forma que las marchas procesionales de Braña nos hablan con claridad meridiana de su honda condición católica y de sus fuertes convicciones religiosas. Un estilo intimista, espiritual y romántico que traza primorosamente el catálogo de marchas que legó para las cofradías sevillanas.
Decía el Maestro Braña que su particular estación de penitencia era escribir marchas de procesión y así lo asumió hasta con una periodicidad anual en ocasiones. Era la forma que él tenía de expresar su amor a Cristo y a María, de realizar su ofrenda particular a las Sagradas Imágenes. Tal fue el grado de compromiso que adquirió, que pasó a ser el compositor más prolífico tras el fallecimiento de Manuel López Farfán.
Este amplio corpus musical para las cofradías sevillanas contrasta con un olvido de buena parte de su obra. La mayoría de sus marchas todavía no han sido registradas fonográficamente y las que sí lo están no suenan todo lo que debieran, salvo casos muy puntuales. Así, como todo gran compositor del género, el nombre de Braña viene asociado inmediatamente al de una marcha, una marcha que ha alcanzado el calado popular y que hoy día se erige en una de las más interpretadas por Andalucía. Una marcha que sostiene una dimensión mayor que su autor, como ocurre en otros casos más: todo el mundo reconoce la marcha, pero no todos hacen lo propio con su autor.
Estamos hablando obviamente de Coronación de la Macarena, espectacular página musical escrita en el año de la Coronación Canónica de la Esperanza Macarena y que según su autor obedece a pequeña forma, lo que no es obstáculo para que en ese reducido formato la marcha atesore una riqueza espiritual y religiosa de grandes proporciones. Coronación de la Macarena pertenece al asombroso elenco de marchas que la cofradía tiene el orgullo de exponer cada "madrugá". Braña se suma así a la nómina de grandes compositores que dedicaron su creatividad a la Esperanza Macarena. Ella, como nadie, ha sabido y sabe dirigir el papel pautado del compositor para, a través de su divina intercesión, cristalizar nombres como éste.
Coronación de la Macarena es una imagen fiel del palio de la Esperanza Macarena llevado a la partitura. Pero por suerte no fue la única. Años más tarde escribiría también para Ella Esperanza Nuestra, de un cariz opuesto a su predecesora pero de una belleza que emana caudalosamente a través de un denominador común en la obra cofradiera de Braña: la dulzura. En Esperanza Nuestra el paso de palio es también motivo de inspiración y el tema que aparece al principio se va desarrollando con una suavidad envolvente. Una marcha prácticamente desconocida y que la Sociedad Filarmónica del Carmen de Salteras rescata hoy en este concierto para nuestro deleite.
Dado que en esta Basílica se custodia el palio modélico por excelencia, conviene subrayar esa estrecha correlación entre el discurso musical de la marcha procesional de Braña y lo que para él suponía el paso de palio: "melodía, glosa, ornamentación, contrapunto, fondo armónico". Todo ello lo podremos percibir en sumo grado con la interpretación de Esperanza Nuestra, pero también con la de Virgen de la Presentación, otra gran recuperación histórica que acomete la Banda del Carmen.
Virgen de la Presentación fue compuesta en el año 1961 y dedicada a la homónima imagen de la Cofradía del Calvario. Igualmente su difusión hasta hoy ha sido ínfima, aunque esperemos que este concierto suponga un antes y un después en la percepción popular de esta hermosa marcha que para nada merece estar en el ostracismo. Gracias a la persona de D. Enrique García Muñoz, exdirector de la Banda de la Cruz Roja y que gentilmente ha aportado las partituras para su interpretación, se hará realidad este hito en la comprensión y acercamiento al patrimonio musical firmado por Braña.
Y si de homenajes va la cosa, terminaremos esta parte del concierto con una obra que su autor, Braña, concibió como auténtico y sincero homenaje a la Semana Santa de Sevilla. Se trata de Cofradías Sevillanas, escrita en la última etapa de su vida, cuando se encontraba retirado en su Asturias natal y sentía nostalgia de Sevilla y su Semana Santa. Tal era aquella desazón que a modo de evocación decide construir este sentido tributo a la música procesional sevillana.
Cofradías Sevillanas es, si se me permite la expresión, una rapsodia de la marcha procesional, puesto que la obra es una concatenación de diferentes fragmentos de marchas muy populares, que se van engarzando sutilmente, no sin buenas dosis de pericia. Tras una introducción original del autor, se expone el motivo fundamental de Amarguras, al que le seguirá la melodía característica de Virgen del Valle, el sonido inconfundible de Ione, nuevamente la omnipresente Amarguras que precederá a un dulce motivo de Virgen del Valle; desembocando decididamente en el trío de La Estrella Sublime y de Jesús de las Penas; para continuar con unos compases de Coronación de la Macarena que nos revelarán el final contundente de, cómo no, Amarguras.
Sin más preámbulo, les dejo con la música del Maestro Braña interpretada por la Sociedad Filarmónica del Carmen de Salteras y la batuta de José Manuel Toscano. A continuación interpretarán: Virgen de la Presentación, Esperanza Nuestra y Cofradías Sevillanas.
Muchas gracias.
Presentación de José Manuel Castroviejo López
Manuel López Farfán, uno de los autores de marchas procesionales más conocidos es, paradójicamente, un completo desconocido.
Todo el mundo sabe de sus célebres marchas Pasan los campanilleros y La Estrella Sublime, pero poco más.
Aquí y ahora vamos a descubrir para muchos una faceta bastante alejada del estereotipo que se ha creado en torno a su figura.
Como músico y militar que era, estuvo destinado en distintos lugares de la geografía nacional, aunque afortunadamente, tanto para él como para nosotros, dos de esos destinos fueron en su Sevilla natal, concretamente, en el Regimiento de Infantería Granada nº 34 (a finales del S. XIX y comienzos del S. XX) y en el Regimiento de Infantería Soria nº 9 (1919-1929), donde finalizó su carrera.
De esos dos períodos vamos a poder escuchar en breves momentos varios ejemplos.
En primer lugar, Esperanza, que data del año 1899.
Se trata, nada más y nada menos que de la primera marcha que compuso expresamente para la Semana Santa, pues la marcha En mi amargura, de 1896 estaba dedicada a la madre de su maestro de música y hasta 1906 no le cambió el título por el de El Cristo de la Exaltación, dedicándosela a dicha Hermandad del Jueves Santo.
Esperanza estaba en un principio dedicada a la Macarena, pero la dedicatoria anotada en la partitura original aparece tachada, sin que hayamos podido averiguar el motivo de tal decisión.
Sin embargo, en 1904 vuelve a inspirarse en la Esperanza Macarena y compone Spes Nostra, esta vez sí dedicada expresamente a la Virgen. Es más, en la portada de la partitura puede leerse el siguiente lema: Regalo la propiedad de esta marcha a la Santísima Virgen.
Quién sabe si este último gesto lo hizo en desagravio por no haberle dedicado Esperanza cinco años antes...
De cualquier manera, está más que claro que Manuel López Farfán se inspiró en la Macarena para sus dos primeras marchas cofradieras y la Macarena tiene sus dos primeras marchas gracias a Manuel López Farfán.
Esperanza es una marcha realmente deliciosa, delicada y elegante.
Spes Nostra es de un carácter más grave, pero igualmente delicada y elegante.
Presenta una particularidad que con los años calará muy hondo en el mundo de la marcha procesional: la saeta.
Spes Nostra contiene una saeta que, según indica Farfán en la partitura, debe interpretar un fliscorno fuera de la banda y frente a ella.
Sin duda con ello pretendería evocar el sentir del pueblo cuando obsequiaba a la Virgen de la Esperanza con sus sencillas saetas.
Muchos años después, en 1928, Manuel López Farfán compone ¡El Calvario de un artista!, que supone un compendio de las marchas que creó durante su estancia en el Regimiento de Soria nº 9.
Al igual que hizo Pedro Braña con Cofradías sevillanas, que acabamos de escuchar, en ¡El Calvario de un artista! Farfán enlazó diversos fragmentos de marchas, pero en esta ocasión, todas eran de su autoría.
Así, aunque sin orden cronológico, podremos escuchar enlazados los siguientes fragmentos:
-Trío de Pasan los campanilleros.
-Saeta y trío de La Esperanza de Triana.
-Trío de La Estrella Sublime.
-Trío de Nuestra Señora del Mayor Dolor.
-Trío de La Virgen en sus Lágrimas.
-Trío de La Victoria de María.
-Trío de El Refugio de María.
-Trío de El Dulce Nombre.
-Trío de una marcha que por ahora no hemos podido identificar.
-Y por último, el tema central y trío de Nuestra Señora de la Palma.
El porqué de un título como ¡El Calvario de un artista! es un enigma.
Como es sabido por todos, el estilo que imprimió López Farfán a sus composiciones fue muy novedoso, tanto, que marcó un antes y un después.
¿Fue por ello criticado y de ahí que le supusiera un calvario interpretar sus marchas?
No lo sabemos. Pero lo que sí sabemos es que Don Manuel López Farfán tiene su nombre escrito con auténticas letras de oro en la historia de Sevilla y su Semana Santa, y la Banda del Carmen de Salteras va a dar buena cuenta de ello a continuación.
Muchas gracias.
Escuchar y descargar el concierto