Investigación

El Dulce Nombre. I centenario de una marcha revolucionaria

Antecedentes, éxito y proscripción

José Manuel Castroviejo López

27 de Marzo de 2025




Desde principios del siglo XX quedaron de guarnición en Sevilla dos regimientos con banda de música, ambas de gran prestigio: la de Granada n.º 34 y la de Soria n.º 9 (1). Ambas acompañaron al paso de palio y sus músicos mayores (directores) dedicaron sendas composiciones a la Hermandad: Moisés García Espinosa estrenó en 1922 Jesus Christus y Manuel López Farfán El Dulce Nombre en 1925, cuyo centenario conmemoramos. 

Tras la Semana Santa de 1924 comienza una intensa relación con Soria 9, iniciada con espectáculos celebrados los días 14 y 15 de junio en el Teatro Reina Victoria, cuya recaudación sufragaría gastos de nuevos enseres y del traslado a San Antonio de Padua (2). Las funciones incluían la representación de El conflicto de Mercedes (de Pedro Muñoz Seca) y actuaciones del coro de campanilleros de la Hermandad de la O y de la Banda de Soria, que interpretó, entre otras, las composiciones de Farfán Claveles, La Feria de Sevilla o Pasan los campanilleros (3).

El público salió satisfechísimo de la función, a la que esta noche sucederá otra que unirá a los mismos atractivos el de la banda de Soria y la presencia de los infantes doña Luisa y don Carlos, que desean presenciar tan sugestiva y característica función benéfica, en cuya organización ha demostrado el amigo José Vacas que sabe de esto tanto como de cofradías (4).

Con extraordinaria afluencia de público, aún más que en la noche del sábado, y ya es decir, celebróse el domingo
en este teatro la segunda función organizada por la Hermandad de Jesús ante Anás, función a la que asistieron
los infantes don Carlos y doña Luisa Isabel Alfonsa. La notable compañía de Alpuente representó "El conflicto de Mercedes";
los campanilleros de la O, de Triana, confirmaron plenamente el gran éxito que alcanzaron en la noche anterior,
 y la Banda del Regimiento de Soria -principal atractivo del espectáculo- deleitó a la selecta concurrencia con un
magnífico concierto integrado por admirables composiciones de su prestigioso director, señor Farfán, que fueron
aplaudidísimas, especialmente la titulada "La Feria de Sevilla" y la de "Los campanilleros", que mereció unánimes elogios
y valió al reputado maestro numerosas felicitaciones. A nuestro buen amigo don José Vacas, así como a los demás
organizadores de la fiesta, cabe dar la enhorabuena por el brillante éxito de las dos funciones, éxito doble
por el acierto de los programas y el resultado económico obtenido
(5).



Anuncio en el diario "El Liberal" (12-VI-1924) 
con las funciones en el Teatro Reina Victoria


A los pocos días se produjo el traslado de la Hermandad desde San Román a San Antonio de Padua, acompañando Soria 9 a las andas de la Virgen del Dulce Nombre, como recogieron diversos periódicos:

[...] A través de las páginas de los diarios sevillanos, la Hermandad invitaba a todas las cofradías de Sevilla a participar con
representaciones e insignias. Curiosamente, daba a conocer que la Banda del Regimiento de Soria n.º 9 "interpretaría
sus célebres y famosos [Pasan los] campanilleros y la linda marcha llamada "Refugio" [El Refugio de María]
 (6).

 [...] Detrás del paso de la Virgen iba la banda del Regimiento de Soria, la cual tocó su típica y tan aplaudida marcha,
titulada "Pasan los campanilleros"
(7).

[...] Cuanto se diga resultará pálido ante la realidad. Fue lucidísima la procesión del viernes 20, por la noche.
Orgullosos pueden estar el maestro Farfán y los campanilleros de la O
[...] (8).


La Semana Santa de 1925

Y como en años anteriores, esta hermandad [de las Siete Palabras] ha contratado la Banda de cornetas de Caballería
y la de música de Soria, que tan dignamente dirige el reputado maestro don Manuel López Farfán, estrenando
varias composiciones nuevas, que llamarán la atención
(9).

Tras el éxito apabullante en 1924 de Pasan los campanilleros, 1925 supone el culmen de la obra procesional de Farfán con tres nuevas marchas: El Dulce Nombre (8 de febrero), La Estrella Sublime (15 de febrero) y La Esperanza de Triana (14 de marzo), todas ellas con singulares e innovadoras características.

El Dulce Nombre evoca la efervescencia de una cofradía joven pero en auge, mediante una parte cantada en el trío, alusiva a la Virgen del Dulce Nombre:

Te llaman del Dulce Nombre,
hermosura peregrina,
faro de gran luz divina
que linda en tu pena vas.
Bajo palio te conducen
y orgullosos bien te lucen
todos tus fieles hermanos
de esta gloriosa hermandad.

A diferencia de la letra de Pasan los campanilleros (de carácter oral y popular), la de El Dulce Nombre está realizada expresamente y pensada para voces profesionales de tenor y coro. Si bien no está atestiguado el autor de la letra, consideramos probable que se deba a Raimundo Hernández Gómez, ahijado de Farfán y letrista de varios de sus couplets y zarzuelas. De hecho, El Dulce Nombre acusa estilísticamente una clara influencia del género lírico, ya que "a nivel melódico encontramos giros propios del cantante de zarzuela, sostenidos por acompañamientos armónicos que desgranan a la perfección las bondades de la música española escénica" (10). En tal sentido, se perciben reminiscencias de la Canción del toreador, de la ópera Carmen de Bizet en el segundo tema de la marcha.

No obstante, siendo muy impactante la parte coral, lo más llamativo en El Dulce Nombre es la inclusión de un conjunto de voces de ocarinas -barítonos, tenores y tiples- en el tema central. La ocarina es un instrumento inhabitual en la música española e insólito en la plantilla de una banda. Se desconoce el motivo de por qué el autor recurre a él, aunque su espíritu inquieto y experimentador jugó un papel determinante.

Portada de la partitura depositada en el archivo de la Hermandad



Durante la Semana Santa de 1925 las tres novedades farfanianas se estrenan como estaba previsto. Sobre El Dulce Nombre, El Liberal refiere: "Llevaba la Banda de cornetas de Artillería y detrás del paso de la Virgen la Banda del Regimiento de Soria, dirigida por su maestro, quien interpretó una marcha dedicada a la Virgen" (11).

La marcha fue un rotundo éxito, y su letra tuvo tal predicamento entre los hermanos que se llegó a plasmar en estampas con la imagen de la Virgen (12).



Particella de trombón 3º de "El Dulce Nombre" (ca. 1927-1929)
conservada en la Banda Municipal de Sevilla y firmada por el trombonista Cándido Otero Buján. 
A su vuelta se encuentra la marcha "Nuestra Señora del Mayor Dolor", también de Manuel López Farfán



Los años 30

En 1925 se había fundado también la tertulia "La tiara de Anás", integrada por hermanos de la Bofetá. A través de un boletín de la Hermandad, y mediante fuentes de Juan Carrero, hay constancia de que el 14 de marzo de 1931 Farfán entrega una partitura de El Dulce Nombre (13). El propio Carrero la catalogó en 1931, probablemente a raíz de dicha entrega. Farfán debió de ser invitado a la tertulia y, en gratitud por la gran aceptación de la marcha, entregó una copia de la misma, posteriormente depositada en el archivo de la Hermandad (14).

De cara a 1935, el citado compositor finaliza una nueva obra dedicada a todas las cofradías sevillanas: La Semana Mayor. Compuesta para la Banda del Maestro Tejera y estrenada por ella en el Teatro Cervantes, formó parte del repertorio del Martes Santo junto a El Dulce Nombre, ya que dicha formación fue contratada los años 1935 y 1936. Gran parte de la información musical cofradiera de 1935 la copan Farfán y Tejera, los cuales mantuvieron estrecha amistad:

La de Nuestro Padre Jesús ante Anás [...]
Esta fervorosa y popular cofradía tiene contratadas para dicho acto las bandas de cornetas y tambores
del Regimiento de Ingenieros, que acompañará al paso de Nuestro Padre Jesús ante Anás
(llamado vulgarmente de la Bofetada), y la de música del popular maestro señor Tejera,
que interpretará entre otras marchas de su seleccionado repertorio la dedicada a esta hermandad por su autor,
el prestigioso ex director de la Banda del Regimiento de Soria, señor López Farfán
[...] (15).

Además de La Semana Mayor y El Dulce Nombre, el repertorio de aquellos años incluía otras piezas de Farfán como El Refugio de María, Pasan los campanilleros o La Estrella Sublime, amén de El Refugio (Vidriet y Carretero) o Rocío (Vidriet y Tejera).

Posteriormente, durante el bienio 1939-1940 se contrató a otra prestigiosa banda, como era la de Ingenieros, dirigida por Manuel Borrego. Así glosan ABC y La Unión sus preparativos para la Semana Santa de 1939:

[...] Tiene en ensayos, entre otras marchas, la famosa "Marcha fúnebre" de Chopin; "La muerte de Ase", de Grieg;
"Mater Lacrimosa", dedicada a la Virgen de la Soledad de San Buenaventura, del maestro Borrego,
director de la citada Banda de Ingenieros; "El Sexto Dolor", del mismo autor; "La Esperanza de Triana", de López Farfán,
como también de este mismo profesor que fue del Regimiento de Soria, titulada "Pasan los campanilleros";
 "Amarguras" y "Soleá, dame la mano", de Font de Anta. Tiene ya contratados todos los días de la Semana Santa.
El Domingo de Ramos, acompañará a la Estrella, de Triana; Martes Santo, Jesús ante Anás; Miércoles, la del Buen Fin,
de San Antonio de Padua; Jueves Santo, Montesión; Viernes de madrugada, la Esperanza de Triana
 y Viernes por la tarde, la Soledad, de San Buenaventura
(16).

Aunque no se cita expresamente El Dulce Nombre, la nota de prensa refiere "entre otras marchas", por lo cual estimamos obvia su inclusión en el repertorio, como pieza imprescindible que era para la Hermandad por entonces.


Llega la censura

Tras la Guerra Civil, el Cardenal Segura veló por un estricto celo en la eliminación de elementos folclóricos y típicos de la religiosidad popular. Así, suprimió el Miserere de Eslava en 1945. En cuanto a música cofradiera, prohibió Pasan los campanilleros y La Estrella Sublime, tal y como comprobamos en actas de la Hermandad:

Al transitar el paso de palio por la Plaza de San Francisco camino de la Catedral, y aunque el Fiscal del mismo
en aquella ocasión D. Manuel Filpo Pérez, cumpliendo con la ordenanza dictada por elCardenal Segura y Sáenz
de aquel año, prohibiendo la interpretación de algunas marchas penitenciales, entre ellas "Pasan los campanilleros"
de Manuel López Farfán, había pedido a la Banda de cornetas y tambores y Sección de Música
de la 21ª División del Regimiento de Infantería, Soria n.º 6 [9] de Sevilla, que escoltaban al paso de palio
aquella tarde de Martes Santo, que no interpretaran la referida composición cofradiera, esta fue
íntegramente tocada en aquel lugar ante el estupor y la enérgica protesta del referido hermano por la misma
[...] (17).

Algunas bandas y cofradías hicieron caso omiso a la prohibición, por lo que se aumentaron las sanciones. A raíz de tales acontecimientos, la propia Hermandad tomó la siguiente decisión:

El Sr. Hermano Mayor, D. Pedro Giménez de Aragón informa en esta reunión, que sabía y le constaba,
que en aquel año de 1944, no se permitiría en absoluto a ninguna banda de música, el tocar otras marchas
que no fuesen fúnebres, que eran las litúrgicas, estando prohibida la interpretación tajante,
de las llamadas de campanilleros y otras impropias de la Semana Santa, según su punto de vista
por considerarlas inadecuadas para la época de pasión. A estas palabras seguidamente contesta
el Consiliario de la cofradía, Sr. D. Miguel Salado Hidalgo, diciendo que entre las marchas fúnebres
las había muy buenas y de gran sentido musical, pero que era una lástima que muchas de ellas,
se tuvieran olvidadas para las cofradías por completo. Acordándose por unanimidad de todos los presentes
en aquella sesión, que al pasopalio de la cofradía volvieran a tocársele de nuevo dichas marchas procesionales,
quedando prohibidas entre ellas de ser interpretadas en adelante en esta hermandad, entre otras composiciones
cofradieras las tituladas "El Refugio" de Carretero y Vidriet, "Rocío" de Vidriet y Tejera, y "Pasan los campanilleros",
"El Dulce Nombre" y "La Estrella Sublime" todas ellas obras del hispalense de San Bernardo, Manuel López Farfán,
que había acompañado a esta Cofradía y a su pasopalio durante varios años seguidos
(18).

Con el paso de los años, La Estrella Sublime, Pasan los campanilleros y Rocío volvieron a incorporarse a los repertorios. Sin embargo, El Refugio y El Dulce Nombre no volverían a interpretarse más, cayendo ambas en el ostracismo. Así pues, las circunstancias obligaron a que una composición tan asumida por la Hermandad y que formaba parte de su idiosincrasia, perviviese únicamente en el recuerdo de algunos hermanos.


La recuperación definitiva

Desde principios del siglo XXI se ha producido una paulatina recuperación de toda la obra cofradiera de López Farfán. De igual modo, su figura ha sido objeto de revalorización, eliminando injustos estigmas y deméritos. 

Respecto a El Dulce Nombre, debemos hacer mención al hermano José Luis González Rapela, el cual editó la partitura para que pudiese sonar nuevamente cada Martes Santo, y así sucedió en 2005, de la mano de la Banda María Santísima de la Victoria "Las Cigarreras", dirigida por Bartolomé Gómez Meliá, quien mostró gran interés en ella, interpretándola en la Plaza de la Gavidia.

Ese mismo año le dio el espaldarazo definitivo la Banda Municipal de Sevilla, al incluirla en su disco Esta es la historia, grabándola en su versión original con ocarinas, tenor y coro.

Actualmente El Dulce Nombre forma parte indisoluble del repertorio habitual del paso de palio, siendo acogida con expectación por todos los hermanos y cofrades, y recuperando así el prestigio que alcanzó en aquellos primeros lustros de la Hermandad.

NOTAS

 (1) La Banda del Regimiento de Granada 34 fue contratada de 1921 a 1924 y de 1929 a 1931. Soria 9 por su parte actuó en un primer período de 1925 a 1927 y ya con gran continuidad desde 1941.
(2)  Archivo de la Hermandad del Dulce Nombre. Carta de invitación. Caja 1, carpeta de 1924.
(3)  El Noticiero Sevillano (15-VI-1924), p. 2; Boletín Dulce Nombre, marzo 1991, p. 32.
(4) El Correo de Andalucía (15-VI-1924), p. 2.
(5)  El Liberal (17-VI-1924), p. 5.
(6) Recio, J. P. (coord.) (2020) Dulce Nombre: Hermandad, patrimonio y cofradía. Sevilla: Hermandad del Dulce Nombre, p. 120; El Correo de Andalucía (18-VI-1924), p. 4; El Noticiero Sevillano (18-VI-1924), p. 6; La Unión (19-VI-1924), p. 4; El Liberal (21-VI-1924), p. 5.
(7) El Noticiero Sevillano (21-VI-1924), p. 5.
(8) El Liberal (25-VI-1924), p. 2.
(9) El Liberal (26-III-1925), p. 5 y La Unión (26-III-1925), p. 5
(10) Castroviejo, J. M., Domínguez, J., Martínez, J. y Rodríguez, I. (coords.) (2021). In Paradisum. Del templo a la calle: música para la Semana Santa de Sevilla [catálogo de la exposición. 17 de marzo al 4 de abril de 2021]. Sevilla: Consejo General de Hermandades y Cofradías, p. 45.
(11) El Liberal (8-IV-1925), p. 3.
(12)Testimonio recabado por el hermano Manuel Ruiz Leal, a quien lo rememoró una familiar. Sin embargo, no se ha encontrado ninguna estampa con la letra. 
(13) Palomino García, A. (1992). "Hermanos Mayores (III)". Boletín Dulce Nombre, marzo 1992, p. 16.
(14) Anecdóticamente, tras la partitura de El Dulce Nombre, Farfán comenzó el esbozo (sólo ocho compases) de una nueva marcha nunca finalizada. 
(15) El Correo de Andalucía (27-III-1935), s. p. y La Unión (28-III-1935), s. p.
(16) ABC de Sevilla (11-III-1939), s. p. y La Unión (11-III-1939), p. 5.
(17) Archivo de la Hermandad del Dulce Nombre. Crónica de la cofradía. Año 1943 (extracto).
(18) Archivo de la Hermandad del Dulce Nombre. Cabildo de oficiales celebrado en la mañana del domingo 23 de enero de 1944 (extracto). Este cabildo se celebró tan sólo cuatro días antes del fallecimiento de Farfán.


Publicado en el anuario de la Hermandad del Dulce Nombre (2025)

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