Investigación

Catalogada en el archivo de la Banda de Música de Cabra una marcha de 1867

Mateo Olaya Marín

20 de Abril de 2006


En no pocas ocasiones los pequeños grandes hallazgos surgen de la casualidad, como es este caso. Hojear un catálogo de marchas procesionales, como es el del archivo de la A.I.M. Banda de Música de Cabra, significa toparse con títulos curiosos, con nombres y datos rarísimos que pueden poner sobre la pista una o varias líneas de investigación, sin que éstas fuesen abordadas premeditadamente. Es como un sendero que se inicia en un principio por una sola dirección, y a medida que avanzas aparecen otros caminos secundarios que a priori no esperabas encontrar y que para mayor gozo y colmo te conducirán, sin darte cuenta, a un resultado satisfactorio, amén de novedoso. La casualidad habrá sido la causa de tantas recuperaciones históricas de marchas, de alumbramientos de autorías sobre composiciones antes anónimas. Pero lo que en un instante es casualidad, luego se convierte en proceso de investigación concienzudo, como seguro de que la teoría planteada, antes de indagar, llegaría a verificarse. Es lo que ha sucedido en esta ocasión.

El Llanto es el título de una marcha que la Banda de Música de Cabra llegó a tocar con frecuencia en las procesiones de la Semana Santa egabrense, junto con otras como La Cruz o Pobre Carmen. Curiosamente, en las partituras de estas tres marchas no vienen consignados los autores de las mismas, llegando a creerse en el seno de la banda y entre el público en general que dichas composiciones son anónimas. Los papeles que obran en poder de la banda son manuscritos del recordado Maestro Rodríguez, que o bien omitió el autor de la marcha al copiarla y arreglarla para la por entonces banda municipal, o la fuente de donde se copiaron las partituras no indicaba el compositor. Sea cual fuere el motivo, lo cierto es que esta aparente laguna de información supone una ausencia de conocimiento sobre la marcha, su origen, datación, contexto y el posible valor artístico e histórico que atesora.

Ciñéndonos al caso de El Llanto, el hecho de que sus partituras se encuentren de igual forma que Pobre Carmen y La Cruz, es decir, trascripciones manuscritas y además al datar estas dos marchas de finales del XIX y primera mitad del XX respectivamente, hacía pensar que efectivamente la marcha tendría una cierta antigüedad y solera. Pero poco más se podía averiguar o esclarecer, aunque sí es cierto que existía una probabilidad de peso en situar la marcha en el período romántico, segunda mitad del XIX, por una serie de factores, no irrefutables, pero por supuesto muy orientativos:

1.- El título de la marcha: muy en la línea de otros títulos de marchas procesionales decimonónicas.

2.- El estilo de la composición: nada más empezar la marcha, y exponerse el tema principal, se puede atisbar el carácter de marcha fúnebre decimonónica.

La localización en el catálogo de la Biblioteca Nacional de España (BNE) de las partituras de una marcha también llamada El Llanto, abría una puerta a la esperanza de poder catalogar las partituras de esta marcha supuestamente anónima del archivo de la banda egabrense. Una vez conseguidas las partituras de la BNE, y cotejadas con las procedentes del archivo de la Banda de Cabra, se pudo comprobar nítidamente que se trataba efectivamente de la misma marcha.

Así pues, El Llanto es una marcha fúnebre compuesta por José Gabaldá Bel y publicada en la revista musical madrileña "El Eco de Marte" en el año 1867. Aunque la composición no es de procedencia andaluza, el hecho de que se halle en el archivo de la A.I.M. Banda de Música de Cabra supone un dato importante que nos arroja más consistencia acerca de los repertorios que conformaban las bandas de música de antaño, cuando todavía no eran muchas las marchas nacidas en el seno de nuestras cofradías, y se importaban partituras de otros lugares. Además, el valor histórico de la marcha es notabilísimo, ya que su datación es anterior a la de las marchas andaluzas más antiguas de las que se tienen constancia documental.

¿Y quién fue José Gabaldá Bel? José Gabaldá fue un importante Músico Mayor del Ejército. Nació en Vinaroz (Castellón) el 3 de octubre de 1818 y murió en Madrid en 1870. Estudió música en Tortosa bajo el magisterio del prestigioso Juan Antonio Nin. Posteriormente ocupó la plaza de organista de la Parroquia de San Blas de dicha ciudad. Su labor como director de bandas militares comenzó en la primera guerra carlista, aunque posteriormente, tras la derrota de éstos, fue encarcelado pasando grandes problemas hasta que al ser indultado, gracias a sus méritos musicales, fue nombrado Músico Mayor (director) de la Banda de Música de la Guardia Real de Madrid. Destacó José Gabaldá también en la labor de difusión y publicación de partituras musicales, como así lo demuestra que fundase en 1856 la revista de música militar "El Eco de Marte". Con esta revista pudo publicar su amplio catálogo de música para bandas militares, entre el que se encuentra un listado de marchas fúnebres y triunfales, como son los casos de La Azucena, Soledad o la que nos ocupa, El Llanto. Al ser publicadas sus marchas, y en particular El Llanto, nos hace pensar que su divulgación alcanzó el territorio nacional llegando a muchas bandas de música, como la antigua Banda Municipal de Cabra, formación musical que se remonta a la segunda mitad del siglo XIX.

 
* Agradecer a la Banda de Música de Cabra su buena disposición para favorecer esta investigación.

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